Los cazadores de corzos sienten una pasión irrefrenable por esta especie por diversos motivos, pero uno de los más apabullantes es la enorme diversidad de trofeos que generan. No hay otro animal en el mundo que ofrezca de forma casi constante tantas estructuras diferentes y no es difícil encontrar ejemplares con más de las clásicas seis puntas, con unas perlas desmesuradas o con algún desperfecto en el trofeo que lo convierta en único.
Dentro de esta enorme variedad hay una que no llama la atención por presentar un tamaño descomunal ni por ofrecer un trofeo atractivo estéticamente hablando, pero sí por su rareza y desde el equipo de Jara y Sedal lo hemos podido comprobar de primera mano gracias a las cámaras trampa Zeiss Secacam que tenemos repartidas por un coto de la provincia de Burgos.
La aparición de un corzo en botones
Una de las bondades del fototrampeo, si se realiza de forma correcta, es que te desvela hasta el secreto más oculto guardado en el monte. Además, si como en el caso de las nuevas cámaras de Zeiss Secacam, recibes las fotos y vídeos directamente en tu teléfono móvil, la emoción es constante.
Hace unos días sonó la señal de aviso en el smartphone de la redacción. Algo había pasado por delante de la cámara. Fue entonces cuando lo descubrimos. Un corzo que de un primer vistazo no llamaba la atención pero que tras unos segundos de análisis se descubría como un ejemplar raro.
Aparentemente sin trofeo en su cabeza, destacaban dos bultitos en ella. Pequeñas y blanquecinas, dos diminutas rosetas recién nacidas reposaban sobre su frente. Ante este hallazgo nos lanzamos a buscar información y para estos casos no hay nada mejor que bucear en la Asociación del Corzo Español.
¿Cómo se mide un trofeo de corzo raro?
En uno de sus foros, fechado en octubre de 2019, uno de sus socios más ilustres, Gerardo Pajares, hace referencia a este tipo de corzos: «Una de las cuernas que con relativa frecuencia encuentra uno en las colecciones alemanas y austriacas es la denominada «cuerna en botones«. Se trata de una cuerna de ejemplares jóvenes o adultos que no ofrece el desarrollo al que estamos acostumbrados, quedando en un simple recuerdo de la roseta y poco más».
¿Por qué se forma este tipo de cuernas?
En el mismo post, Pajares ofrece una respuesta clara: «El defecto es de tipo hormonal. No hubo bastante testosterona para hacer crecer una cuerna grande así que es más que posible que no tengan la menor posibilidad de criar. Sobre la conveniencia o no de quitarlo todo depende del objetivo. Si es controlar la densidad cuentan como un corzo más, o mejor dicho como una boca más. Si es por eugenesia la verdad es que tendrá poco o ningún impacto el que esté o no».