Este domingo, un oso pardo atacó a Carmen, una mujer de 75 años que daba un paseo por una carretera de su pueblo, Sonande (Asturias). El ataque del plantígrado se produjo las 21:30 horas, cuando caminaba con sus familiares. Tras el suceso, algunos medios de comunicación españoles han llegado a afirmar que se trataba del primer ataque de oso en nuestro país en décadas, algo que no es cierto ya que, aunque no ha habido ataques mortales, sí que se han contabilizado hasta nueve ataques de oso en los últimos treinta años.
Desde 1999 hasta junio de 2021, se han registrado ocho ataques a personas en la Cordillera Cantábrica y dos en los Pirineos. En total suman diez. Afortunadamente todas las personas sobrevivieron al encontronazo. En este artículos recordamos cada caso
Estos han sido los ataques de oso en nuestro país en las últimas tres décadas.
Casavegas (Palencia). Año 1999.
El 30 de diciembre de 1999, un hombre de Bilbao de 35 años de edad, biólogo que trabajaba como agente medioambiental en Navarra y estaba de vacaciones en el norte de Palencia, fue atacado por un oso. Había participado como voluntario en el seguimiento de un oso radiomarcado en Riaño en los años 80, y tenía amplia experiencia e interés en los grandes carnívoros, sin embargo, resultó atacado.
El biólogo estaba andando solo por un hayedo, cuando se cruzó con un rastro de oso macho adulto en la nieve y lo siguió durante unos metros hasta una mancha más densa de hayas, tejos y rocas, donde se encontraba encamado el animal, que lo atacó en una pierna. El mordisco le afectó la vena femoral provocando un desgarro importante del paquete muscular y una grave hemorragia, siendo operado horas más tarde en el Hospital Clínico de Valladolid.
Lebanza (Palencia). Año 2004.
El sábado 15 de mayo de 2004, a primera hora de la tarde, un vecino de Lebanza de 75 años se topó con un oso cuando recogía setas. El afectado declaró a un periodista: «Me encontré de frente con el oso unos instantes y, al darle la espalda para huir, noté un golpe en la espalda y caí rodando monte abajo con una cachaba que llevaba. Al poco tiempo noté el fuerte dolor en una pierna y una mano que se me dislocó. Al levantarme y volver la vista atrás sólo escuché los fuertes rugidos del oso que debía estar alejándose y tampoco pude comprobar si llevaba crías y su intención era defenderlas al toparse conmigo». Sufrió una fractura en la rodilla de la pierna derecha, otra fractura en la muñeca de la mano izquierda (causadas por la caída) y un zarpazo.
Casasuertes (León). Año 2007.
El 26 de abril de 2007, en Casasuertes (Riaño, León), el celador de la Reserva de Caza de Riaño de 50 años, entró a una cueva donde se había colocado un pesebre en el que se echaba alimento tratado para medicar contra la sarna a las cabras monteses y los rebecos. Antes, se habían percatado de que oso comía con frecuencia en dicho pesebre… hasta que fue atacado el celador. El oso le agarró con las fauces por el hombro, y el hombre cayó por una pendiente. Tras ello, el animal huyó del lugar, pero el perro que llevaba el celador se fue hasta sus pies y atrajo de nuevo al plantígrado. Finalmente el hecho no pasó a mayores, el hombre se quitó de la entrada de la cueva y el oso escapó expulsando heces.
Valle de Arán (Lleida). Año 2008.
Este caso se produjo en una cacería en el Valle de Arán, el 23 de octubre de 2008. La osa Hala, que había sido trasladada desde Eslovenia en 2006 y estaba radiomarcada, mordió y arañó levemente a un cazador local que estaba en el puesto.
Rebanal de las Llantas (Palencia). Año 2010.
El vigilante de la Reserva de Fuentes Carrionas, de 56 años de edad, fue atacado sin sufrir daños por una osa que llevaba dos crías de unos 15 meses en una zona nevada. Tras verla, fue en su busca, y algo se le abalanzó por su espalda de repente. Creyendo que era un jabalí, levantó el palo para defenderse y se encontró con una osa que le empujó de la cadera izquierda con su boca, y le hizo caer a dos metros de distancia sobre el hombro derecho. Aunque la osa le marcó con la boca en la cadera y le agarró de una pierna, no apretó el mordisco, de tal forma que no le clavó los dientes y no le hizo sangre.
Dehesa de Montejo (Palencia). Año 2012.
El 27 de septiembre de 2012, a las 12 de la mañana, tres varones de mediana edad, montañeros de Bilbao, fueron atacados. Tras el encuentro con uno de ellos, los tres amigos se fueron andando y llegaron al coche por su propio pie. En el Centro de Salud de Cervera de Pisuerga vieron que el oso le había clavado a uno de ellos limpiamente en el pie un solo colmillo.
Villaescusa del Bardal (Cantabria). Año 2015.
El 3 de junio de 2015, un varón de 35 años vecino de Reinosa, resultó herido por un oso a dos kilómetros del pueblo de Villaescusa del Bardal (Campoo de Enmedio, Cantabria) pasadas las 8 de la tarde. El hombre sufrió una lesión importante en el antebrazo derecho, con dislocamiento de radio, fractura de cúbito y desgarros musculares. Paseaba solo por el monte del pueblo que conocía desde niño, con el objeto de hacer fotos. De repente oyó un fuerte bramido y apareció un oso a su izquierda junto a él.
Polentinos (Palencia). Año 2018.
El 6 de marzo de 2018 se produjo un incidente en Polentinos (Palencia), en el parque natural de Fuentes Carrionas. El vecino del pueblo, de 77 años, paseaba con su perro cuando fue atacado. El hombre reaccionó golpeándole en el hocico con la vara, tras lo cual el oso le golpeó y le tiró al suelo, aunque no sufrió mayores heridas.
Valle de Bardaji (Huesca). Año 2020.
El último ataque antes del del pasado domingo tuvo lugar en el mes de noviembre en los Pirineos, cuando una osa embistió a un cazador que se encontraba dando una batida a los jabalíes. El animal tenía nombre, Sarousse, había nacido en 1999 y fue introducida en el Pirineo francés (Arbas) el 21 de agosto de 2006. Poco después de la liberación perdió su collar emisor y fue capturada de nuevo y reintroducida en noviembre de 2007 en Marignac. Tras tres años asentada en el Valle de Arán, la osa se desplazó al sur, al macizo del Turbón, donde se asentó en 2010.
En la zona era conocida por sus ataques al ganado. El día del ataque, el cazador se encontró por sorpresa con ella y trató de ahuyentarla, pero el animal se abalanzó sobre él y no tuvo más remedio que utilizar su arma para salvar su vida, tal y como ha corroborado la investigación oficial que se abrió tras el suceso.
Sonande, Asturias. Año 2021.
Un oso pardo atacó el pasado domingo por la noche a una mujer de 75 años mientras daba un paseo por una carretera de su pueblo, Sonande (Asturias). El ataque del plantígrado se produjo las 21:30 horas, cuando caminaba con sus familiares. Según los testigos presenciales el oso apareció por un lado de la carretera, se alzó sobre sus patas traseras y atacó a la mujer, a la que dio un zarpazo y arrastró varios metros por la carretera. Esto le provocó graves heridas y la rotura de la cadera. La mujer fue trasladada de urgencia al Hospital de Cangas del Narcea y de ahí al HUCA, el primer diagnóstico reveló cadera rota y múltiples heridas.
Unas cifras muy bajas comparados con los del resto del mundo
La Fundación Oso Pardo recuerda que en España los osos son bastante «pacíficos» en comparación con el resto del mundo, ya que hasta el momento no han causado ninguna víctima mortal comprobada. Muchos de los incidentes considerados como ataques se deben a la reacción de ejemplares asustados que solo desean huir a toda prisa tras un encuentro súbito con el hombre.