Para muchos cazadores el conejo es una de las especies estrella de la caza menor en España. Tremendamente abundante antaño, ha sufrido durante décadas el azote de enfermedades como la mixomatosis que llegaron a erradicar las poblaciones de esta especie en lugares donde era el auténtico rey. Sin embargo, a día de hoy todavía hay cotos de caza que cuentan con una densidad excelente de orejudos.
Por eso, es interesante echar un vistazo a la publicación realizada por la cuenta de Facebook, Datos Históricos, sobre la impactante situación del conejo en Australia, donde no se encontraban hasta que los colonos ingleses lo llevaron hasta el país oceánico.
Más de diez mil millones de conejos
Cuando oleadas de colonos británicos llegaron al continente de Oceanía, no había ni un solo conejo en Australia. Según Datos Históricos, los ingleses trajeron conejos con ellos en 1788 para criarlos por su carne, y estos se multiplicaron en las granjas. En 1859, un colono llamado Thomas Austin crio grupos de conejos. La publicación menciona que Austin, amante de la caza, soltó 24 conejos en la naturaleza para que se reprodujeran y así pudiera practicar su afición.
El área del continente australiano es de unos 7,6 millones de kilómetros cuadrados. La cuenta explica que cuando se soltaron estos conejos, comenzaron a multiplicarse enormemente. Cada hembra da a luz alrededor de siete gazapos y puede repetir este embarazo 8 veces al año, lo que significa que cada hembra puede dar a luz a 56 conejos. Estas crías comienzan a reproducirse tras un período muy corto, estimado en unos 6 meses.
Estos animales continuaron multiplicándose en el campo, y después de 10 años su número superó los 2 millones. Además señala que esto se debió a la falta de depredadores naturales y a la abundancia de recursos. Los conejos se convirtieron en un peligro, extendiéndose por Australia y alimentándose de cultivos agrícolas. Después de destruir 2 hectáreas de áreas verdes en Victoria, migraron a Nueva Gales del Sur, Australia del Sur y Queensland, y a finales del siglo XIX, llegaron a Australia Occidental.
Una auténtica plaga
Datos históricos también menciona que los conejos comían como langostas, lo que llevó a las autoridades australianas a ofrecer una recompensa de 25.000 libras esterlinas a quien presentara un plan de exterminio. En 1901, se construyó la valla eléctrica más larga del mundo para controlar a los conejos, completándose en 2007. Esta valla es la más larga del mundo según Guinness y sirve para evitar que los conejos y otros animales destruyan los cultivos y las hierbas que alimentan al ganado. En 1920, ya había 10 mil millones de conejos.