Se llama María Moreno de Tena, es artista, tiene su taller en Sevilla y, desde hace unos años, se dedica en cuerpo y alma a realizar platos con motivos cinegéticos. «Yo no sabía el potencial que tenía el mundo cinegético hasta que hace trece años conocí a mi pareja, un amante de la caza. A mí se me abrió otro mundo: el de dedicarme a ella a través del arte», destaca Moreno de Tena a Jara y Sedal.
Este es el proceso de realización de los platos
María Moreno de Tena tiene su taller y el horno en el que realiza los platos en su propia casa: «El primer paso es la realización del plato y, cuando éste ya está acabado y horneado, pongo en marcha el tercer fuego», explica la artista.
María pinta todas sus creaciones con los motivos cinegéticos que los clientes le piden: «En estas fechas estoy pintando muchas perdices, ya que llega la temporada del reclamo y especialmente en la provincia de Sevilla hay una gran afición por cazar este ave», señala Moreno de Tena.
Tras el proceso del pintado, se vuelve a hornear el plato a una temperatura de 850 grados y es entonces cuando estos pigmentos vitrificables y específicos para la cerámica y la porcelana quedan totalmente fijados.
«No conocía el enorme potencial que este mundo tiene hasta que entré en él de lleno»
«Mi marido es de La Puebla de los Infantes, una zona de mucha caza y donde me he podido impregnar en los últimos años del amor por esta actividad», confiesa a Jara y Sedal. «Yo realmente no conocía el potencial que este mundo tiene hasta que entré en él. Es increíble lo que puede mover una Feria de caza…», concluye. María comparte su cuenta de Instagram para aquellos que estén interesados en sus trabajos.
Una cazadora pinta para su novio un cuadro con los cuatro tipos de zorzales
Se llama Alba Vico Domingo, tiene 24 años, y aunque es granadina, vive en Medina de Pomar (Burgos) con su novio, Desiderio Castillo, de 26 años y cazador. Él fue quien la introdujo en el mundo cinegético y Alba ha pintado para él un cuadro con los cuatro tipos de zorzales como regalo a la afición que él mismo le transmitió.
«Mi abuelo era cazador y yo veía cómo iba a las perdices con reclamo, pero mi padre no siguió con esa tradición y ahí quedó estancada la afición», comienza explicando Alba. Pero en entonces lo conoció a él, y la pasión por la caza hizo el resto. «Cuando tenía 14 años conocí a mi novio, que venía todos los fines de semana a cazar al pueblo en Granada, y fue entonces cuando me empezó a transmitir la pasión por este mundo», relata Vico. Te lo contamos aquí.