La situación es insólita. Y grave. Desde hace diez días, las armerías de todo el país están sufriendo un cese de suministro de armas y municiones nunca antes visto. ¿El motivo? Un cúmulo de factores cuyo origen confluye en un mismo punto: la asfixiante normativa regulatoria y la inactividad de la Intervención Central de Armas y Explosivos (ICAE) de la Guardia Civil a la hora de desbloquear la situación.
El problema es complejo, y para entender qué está sucediendo debemos ir por partes. Comenzaremos por el transporte de armas. Hasta el pasado mes de diciembre, los envíos de armas de fuego eran gestionados por la empresa de envíos SEUR. Era la única dispuesta a cumplir con la normativa establecida para el envío de este tipo de productos. Pero la compañía decidió dejar de prestar este servicio el 31 de diciembre de 2023, por lo que el sector armero trabajó para buscar otra empresa que lo sustituyera. Y la encontró en otra importante empresa de logística: NACEX, que comenzó a operar, aunque con unas tarifas bastante más elevadas que su predecesora, tal y como manifiestan todos los armeros consultados por Jara y Sedal.
De esta forma, quedó subsanado el problema de los envíos, hasta que hace unos días comenzaron las movilizaciones de los agricultores. Los cortes de carreteras organizados por el sector agrícola han obligado a dejar muchas mercancías en depósito en los almacenes de las empresas de transporte, entre ellas NACEX.
Esto, que puede suponer un simple retraso en la entrega de un paquete normal, representa un problema en el caso de las armas o las municiones, puesto que el Reglamento de Armas y la Instrucción Técnica Complementaria número 11 en materia de transporte munición metálica obligan a la empresa de transporte a disponer en sus almacenes de unos sistemas de seguridad muy elevados de los que actualmente no disponen. «Por este motivo, se niegan a transportar armas», asegura Ángel Carril, dueño de Armería Carril, en Salamanca, quien afirma que durante los últimos días ha vendido varias armas de fuego que aún no ha podido entregar a sus clientes.
El envío de munición metálica, un problema con fácil solución
Esta escasez de mensajeros dispuestos a trabajar con estos materiales es algo que solo sucede en España, puesto que en el resto de Europa no existen tantas trabas burocráticas, tal y como afirman a este medio fuentes del sector: «En teoría cualquier empresa de transporte está habilitada para hacer este servicio, pero el hecho es que las sanciones y la normativa hace que pocas estén dispuestas a transportar cartuchería o armas».
Esto provoca que haya muy pocos vehículos y conductores disponibles para trabajar en la cadena de venta del sector. Y a la escasez de transportes se le une el verdadero problema: la Instrucción Técnica Complementaria número 11 mencionada anteriormente. Esta norma, aprobada en 2015, prohíbe transportar en el mismo vehículo más de 12.000 cartuchos metálicos de todos los calibres, de los cuales solo 5.000 unidades pueden ser diferentes al .22.
Esto supone un grave problema para los fabricantes y distribuidores de munición metálica, que solo pueden dar salida a los cartuchos de sus búnkeres con cuentagotas. Según fuentes del sector consultadas por este medio, la acumulación de pedidos es tan elevada que hay algunas empresas distribuidoras que ya acumulan hasta tres meses de lista de espera para servir a las armerías.
La ICAE tiene en su mano la solución
Desde hace dos años, el sector armero ha advertido de este grave problema a la Intervención Central de Armas y Explosivos y ha llegado a plantear igualar la normativa al resto de Europa y eliminar las limitaciones de número de cartuchos en el transporte por carretera, algo que la ICAE no parece haber aceptado.
Como alternativa, se ha planteado una solución que permita aumentar los cupos de munición, para que los transportes puedan aprovechar mejor los viajes y trasladar una mayor cantidad de cartuchos, satisfaciendo así no solo la demanda de las armerías, sino la de los propios cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que también se nutren de las mismas distribuidoras.
Hacer el cambio es algo muy sencillo a nivel administrativo, puesto que se puede llevar a cabo a través de una simple orden ministerial dependiente del Ministerio del Interior y del titular de esa cartera Fernando Grande-Marlaska. De aprobarse, se pondría fin a esta situación de excepcionalidad que está provocando problemas de desabastecimiento en las armerías mientras los almacenes de los productores están llenos de producto.