Las autoridades de Argelia han anunciado la autorización de la caza en el país, tras más de 25 años de prohibición. La actividad cinegética fue prohibida a causa de la guerra civil que estalló en el país en 1991 y el riesgo que suponía el uso de armas para perpetrar ataques contra las fuerzas de seguridad.

El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural argelino, Abdelhamid Hamdani, ha indicado que estas actividades se retomaron en pasado martes y durante un periodo de seis meses, hasta febrero de 2021, algo que ha fue aplaudido por las asociaciones de cazadores del país.

Una decisión para «contribuir al equilibrio ecológico y como elemeno de desarrollo económico»

Hamdani ha manifestado en declaraciones que recoge Europa Press que la decisión busca «contribuir al equilibrio ecológico y biológico de las riquezas naturales, luchar contra la caza anárquica y promover esta actividad y consagrar su papel en el desarrollo de la economía nacional», según ha informado la agencia estatal argelina de noticias, APS.

En este sentido, ha argüido que la prohibición de la caza desde hace más de 25 años «ha permitido la proliferación de especies animales» y que durante este tiempo «se han puesto en marcha dispositivos legislativos y reglamentarios adecuados para esta actividad».

Por su parte, el presidente de la asociación de cazadores de la provincia de Buira, Huari Nurredín, ha pedido la «revisión al alza» de las cuotas de caza autorizadas en cada batida con el objetivo de «facilitar la creación de circuitos comerciales y relanzar la actividad económica vinculada a la caza».

Nurredín ha subrayado en declaraciones al diario ‘Tout sur l’Algerie’ que la prohibición de la caza provocó el cierre de las armerías, que siguen sin abrir sus puertas, por lo que los cazadores «no tienen dónde comprar cartuchos o productos para cargar sus armas de caza».

Necesidad de revisar los certificados de caza en el país

Por último, ha defendido la necesidad de que las autoridades revisen el sistema de obtención de los certificados de caza y ha recalcado que el existente «no contiene numerosos aspectos técnicos o prácticos necesarios para una buena praxis».

Las autoridades argelinas anunciaron la prohibición de la caza a principios de los noventa y procedieron a la incautación de armas de fuego utilizadas para ello debido a que los insurgentes se dedicaban a su robo para utilizarlas en ataques contra las fuerzas de seguridad y atentados.

La guerra civil, que concluyó en 2002, se desencadenó tras la cancelación de las elecciones parlamentarias tras la victoria del islamista Frente Islámico de Salvación (FIS) en la primera vuelta y se saldó con entre 150.000 y 200.000 muertos.

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León. /Shutterstock

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