En un nuevo episodio de la lucha contra las multinacionales de la energía fotovoltaica en España, hace apenas unos meses agricultores de Jaén y Córdoba se movilizaban para defender sus tierras. Bajo el lema «Renovables sí, pero no así», denunciaban la expropiación forzosa de terrenos cultivados durante generaciones y la tala de sus olivos para instalar macroplantas solares.

Hasta 100.000 olivos se estimaba que serían arrancados en municipios como Lopera, Arjona o Marmolejo, en una zona que aspiraba a ser declarada Patrimonio Mundial de la Unesco como Paisaje del Olivar Andaluz. Sin embargo, ni el valor cultural, ni la calidad agrícola, ni los restos arqueológicos encontrados en la zona fueron suficientes para detener los proyectos. Greenalia Solar, la empresa promotora, contaba con el respaldo de la Junta de Andalucía, y las alegaciones presentadas por los afectados fueron desestimadas.

El apagón que hace replantear decisiones

Hoy, tras el gran apagón que ha dejado sin electricidad a toda España, parte de Portugal y el sur de Francia, muchos miran hacia aquellas decisiones políticas con otros ojos. ¿Se sacrificó demasiado patrimonio rural en nombre de una transición energética mal diseñada?

Mientras el Gobierno de España impulsa su agenda verde, cerrando centrales nucleares y reduciendo el uso de gas y carbón, expertos en energía advierten de los riesgos. Según Adolfo Núñez, profesor del Máster en Energías Renovables y Eficiencia Energética de la UDIMA, «esto se veía venir». En el momento del apagón, más del 66% de la producción eléctrica provenía de fuentes renovables, pero solo un 10% era de origen nuclear y un 3% de ciclos combinados, lo que dejó al sistema muy expuesto.

Concentración de agricultores afectados llevada a cabo en octubre en Porcuna. © Facebook

Riesgos de la generación no síncrona

Otros especialistas, como el ingeniero Jorge Morales de Labra, han recordado que la falta de sincronía en la generación puede provocar caídas en cascada como la sufrida. Y aunque todavía no hay un diagnóstico definitivo, los primeros informes apuntan a una desconexión masiva de potencia —presumiblemente de renovables— como desencadenante.

El problema, como señalan voces como la de Eloy Sanz, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, es que en sistemas eléctricos dominados por energías no síncronas (solar y eólica) se pierde masa rotacional, lo que dificulta corregir desequilibrios rápidos entre oferta y demanda. «Las renovables tienen muchísimas ventajas», explica, «pero también presentan dificultades de estabilidad en momentos críticos».

El miedo persiste

Por su parte Red Eléctrica ha confirmado esta misma mañana que, el sistema se había estabilizado, con una generación mayoritariamente renovable. Pero el miedo sigue ahí: ¿cuánto tiempo resistirá si no se corrigen los desequilibrios estructurales?

La imagen de los 100.000 olivos talados para plantar placas solares en Andalucía vuelve hoy como un símbolo. No sólo del abandono de nuestro patrimonio rural en favor de intereses económicos, sino también de una política energética que ha dejado al país a oscuras.

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