La fachada del Colegio de Veterinarios de Madrid aparecía anteayer cubierta de pintura roja y carteles. Animalistas recriminaban al colectivo ser partícipe de la «dominación sobre la vida» y tener una visión «productivista».
30/11/2018 | Redacción JyS
La Asociación Empresarial Madrileña de Veterinarios (AEMVE) emitía anteayer un comunicado en el que mostraba su apoyo al Colegio de Veterinarios de Madrid (Colvema) tras el ataque sufrido el mismo día en el que animalistas cargaron contra la puerta de la sede de la institución con pintura roja y pasquines. A través de estos últimos se les acusaba de ser partícipes del maltrato animal y de la «dominación sobre la vida».
«Desde AEMVE queremos hacer público nuestro apoyo al Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid tras la agresión sufrida en su fachada, que ha amanecido cubierta de pintura y pasquines. Esta agresión no solo demuestra el desconocimiento que sus autores tienen de una institución que acoge diferentes sensibilidades, opiniones y criterios científicos; también refuerza la importancia de mantener las discrepancias científicas y éticas dentro de los límites de la educación y el civismo que deben acompañar a cualquier reivindicación».
Un comunicado que ataca contra quienes siempre se han mostrado al servicio de la salud de los animales
«Vuestra visión mecanicista y productivista del mundo persigue convertir todo lo vivo en una máquina, en un recurso, en una mercancía. La ingeniería genética, técnica de modificación de los animales para convertirlos en recursos solo persigue la lógica del sistema de convertir todo lo vivo en una mercancía de la cual obtener beneficios». Así comenzaba el comunicado de los animalistas colocado en una columna de la fachada del Colvema. En él podían leerle además diferentes afirmaciones donde los radicales cargaban una y otra vez contra el modo en que trabaja un colectivo que, como todos sabemos, siempre se ha mostrado al servicio del bienestar de los animales.
«Los seres animales encerrados en las granjas son entonces herramientas, contenedores de material genético de buena o mala calidad que desmembrar para extraer «materias primas» bajo las contraseñas de control, selección y productividad». «Negamos cualquier forma de dominación sobre la vida», finaliza el mensaje de los animalistas.
