Los cerdos vietnamitas son considerados especie exótica invasora desde 2014. Para erradicarlos, asociaciones animalistas como ALBA (Asociación para la Liberación y el Bienestar Animal) quieren que estos animales salvajes sean adoptados por familias particulares.
30/9/2016 | Redacción JyS
Los cerdos vietnamitas –especie exótica invasora desde 2014- se están convirtiendo en un problema para la fauna autóctona. Familias que los tienen como mascota, al ver el tamaño que alcanzan y su agresividad, los sueltan en el monte. Ahora grupos ecologistas y animalistas proponen dos soluciones para acabar con ellos: una campaña de concienciación contra el abandono, y su adopción por parte de familias voluntarias.
Ecologistas en Acción argumenta para iniciar estas actividades el peligro que supone para la fauna la hibridación de estos cerdos asilvestrados, que pueden llegar a pesar 80 kilos, con los jabalíes autóctonos de la zona –cruce que propicia la aparición del ‘cerdolí’.
Pero para su eliminación, a diferencia de otras especies de las que se han dado permisos para abatirlos –no hay otra forma de acabar con ellos–, los ecologistas han ideado una campaña que consiste en alertar a la población del peligro de abandonar cerdos vietnamitas –cuya comercialización está prohibida-. Es de prever que para ello, como es habitual en las organizaciones ecologistas españolas, solicitarán subvenciones públicas que les permitan gestionar esa ‘campaña informativa’ con dinero público que acabarán gestionando ellos mismos.
Asimismo, desde una iniciativa particular de una familia madrileña, en conjunto con la asociación animalista ALBA, se ha propuesto hacer un llamamiento para que los ciudadanos adopten cerdos vietnamitas asilvestrados, tal y como publica Telemadrid.
Esta nueva subespecie alóctona ya ha causado muchos daños en otras zonas del norte peninsular, así como también en la Comunidad de Madrid, donde aún hoy una piara de aproximadamente 30 ejemplares habita en una finca de la localidad de Paracuellos del Jarama.
Y no sólo tienen peligro para los ecosistemas nacionales, se trata además de animales peligrosos, que no dudan en atacar si se sienten acorralados, incluso siendo domésticos. Aquí una muestra:
