El vídeo del activista radical Xavi Animal, en el que destruye un puesto de caza mientras se graba y lo celebra con insultos hacia los cazadores, sigue circulando impunemente en redes sociales. A día de hoy, la grabación sigue activa en YouTube y Facebook, y aunque Instagram lo ha ocultado por infracción de normas, no lo ha eliminado, lo que permite que pueda seguir difundiéndose y generando visualizaciones.
Este acto podría catalogarse como ecoterrorismo al tratarse de una agresión directa contra una infraestructura cinegética con el único objetivo de difundir odio hacia una actividad legal, regulada y esencial para la gestión de la fauna salvaje.
Un vídeo pensado para hacer daño
En el vídeo, el animalista empuja una caseta hasta hacerla caer por un barranco, mientras lanza gritos exaltados celebrando sus 300.000 seguidores. El acto no es fortuito: está planeado, grabado, editado y difundido para buscar repercusión mediática y rédito en forma de seguidores. Su acompañante le ayuda a identificar la función del puesto, y él mismo se encarga de rematar el mensaje con una burla explícita hacia los cazadores.
A pesar de la naturaleza claramente violenta y delictiva del contenido, ninguna de las grandes plataformas ha procedido a eliminar el vídeo. YouTube permite su reproducción sin restricciones, mientras Facebook lo sigue mostrando con normalidad. Solo Instagram ha actuado parcialmente, ocultando el contenido bajo advertencia, aunque sin eliminarlo ni sancionar la cuenta del infractor.
Esta pasividad contrasta con la rápida respuesta que estas mismas redes aplican ante otros tipos de contenido ofensivo o que infringen sus normas comunitarias. Para muchos, esto revela una doble vara de medir cuando se trata de ataques contra el mundo rural y la caza, una actividad que, aunque a veces controvertida, está sujeta a regulación y cumple funciones ecológicas fundamentales.
Aquí tienes el polémico vídeo, todavía visible en su canal de Youtube.
