Las redes sociales se han estremecido tras la difusión de un vídeo en el que un alpinista griego, Christos Stavrianidis, de 61 años, registró sin saberlo sus últimos minutos antes de morir atacado por un oso pardo. La tragedia ocurrió el pasado mes de junio en la Floresta de Fraktos, en el noreste de Grecia, un área montañosa donde habitan entre 450 y 500 ejemplares de esta especie.

No era la primera vez que Christos visitaba esa zona. Sus incursiones en zonas oseras habían quedado registradas en sus redes sociales, donde llegó a compartir una foto que realizó a la huella de un oso en una ocasión anterior.

En las imágenes, difundidas por la cuenta @isn.online, se observa cómo Stavrianidis llama la atención del oso, que aparece entre los arbustos. El alpinista se aproxima aparentemente confiado, sin percatarse del peligro. Segundos después, el animal —un macho adulto de gran tamaño— carga de forma repentina y lo arroja a un precipicio.

El ataque fue inevitable

Pese a los intentos desesperados de su compañero de ruta, Dimitris Kioroglou, que utilizó un spray de pimienta para repeler al animal, nada pudo hacerse para evitar la tragedia. El alpinista, acompañado también de su perro, falleció a consecuencia de la caída.

Las autoridades locales recordaron que la zona es hábitat natural del oso pardo y que estos animales reaccionan de manera defensiva cuando se sienten acorralados o perciben una amenaza.

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Oso pardo. © Shutterstock

Un recordatorio sobre los riesgos en la naturaleza

Grecia cuenta con una de las poblaciones más estables de oso pardo en el sureste de Europa, y los encuentros entre humanos y plantígrados, aunque no muy frecuentes, se han incrementado en los últimos años debido a la recuperación de la especie y al aumento de actividades de montaña.

Los expertos insisten en que, en áreas donde hay presencia de osos, es fundamental mantener siempre la distancia, no intentar atraerlos y llevar consigo sistemas de disuasión adecuados, como sprays de defensa. Asimismo, recomiendan caminar en grupo y evitar rutas poco transitadas al amanecer y al anochecer, momentos de mayor actividad de estos animales.

Un trágico desenlace

La muerte de Stavrianidis ha causado una profunda conmoción en Grecia y en la comunidad montañera internacional. Su caso recuerda la importancia de respetar la fauna salvaje y actuar con máxima prudencia en entornos naturales donde conviven especies potencialmente peligrosas.

Esta tragedia, además, abre de nuevo el debate sobre cómo gestionar la coexistencia entre el hombre y el oso pardo en regiones de montaña, donde la recuperación de la especie es un éxito de conservación, pero también plantea retos de seguridad para excursionistas, cazadores y habitantes rurales.

 
 
 
 
 
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