La vida hay que tomársela con humor. Y el agricultor de las siguientes imágenes ha demostrado tener una buena dosis de él, además de una afilada vista para ser capaz de ver una liebre encamada en unas tierras en las que estaba trabajando. No hay que olvidar que el mimetismo es una de las principales armas de defensa de estos animales, y detectarlas no es nada sencillo.

En el vídeo, el agricultor se encuentra con la maquinaria agrícola en medio de un barbecho, probablemente sembrando -uno de los tractores porta una sembradora y el otro un rulo para alisar la tierra-, cuando de repente ve a unos cuantos metros de donde él se encuentra a una liebre encamada. De forma sigilosa, e intentando no alertar a la rabona de que ella es su objetivo, se intenta acercar al animal con movimientos en zigzag. Poco a poco, le va ganando terreno mientras el animal permanece inmóvil.

La velocidad de la liebre, su otra arma de defensa

Cuando el agricultor considera que ya se encuentra en su rango de alcance, hace una estirada cual Courtois defendiendo la portería del Real Madrid para intentar cogerla con sus manos. Pero si antes mencionábamos el mimetismo como una de las armas de defensa de la liebre, ahora entra en escena la principal: la velocidad.

La rabona salta de la cama en milésimas de segundo y no da opción a que el improvisado cazador le toque un pelo, dando por bueno ese refrán castellano que dice que «después de liebre ida, palos a la cama». No hay que decir que el cámara que graba las imágenes se troncha de la risa con la escena, que posteriormente sube a TikTok para compartirla con el resto del planeta. Que nunca nos falte el humor.

@_asiersinmas

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♬ sonido original – Asier Hernandez

Este vídeo, sin duda, recuerda al publicado por este medio el pasado año en el que un cazador camina convencido de sus posibilidades, con paso firme y decidido cuando, de pronto, localiza una rabona aplastada entre las tierras. Encara su escopeta, apunta, dispara y… falla. La liebre comienza se mueve por el barbecho de brinco en brinco como si con ella no fuera la película. Es entonces cuando da comienzo una desternillante persecución. El hombre dispara en dos ocasiones más con idéntico resultado mientras la rabona, que parece conocer las nulas habilidades del cazador, tampoco tiene prisa por huir. Sin munición en la escopeta, el cazador decide que lo mejor será dejar el arma a un lado. Apoya la semiautomática en suelo y decide cazar con sus manos, como un puma en plena pampa.

Una liebre engaña a dos galgos en un camino

Un vídeo en el que dos galgos persiguen a una liebre muy de cerca en una camino dio también mucho que hablar entre los aficionados a la caza con esta raza de perros. Aunque el inicio de la filmación, mostrado a cámara lenta, ya merece la pena, ha dejado a todos los cazadores atónitos cuando el pequeño mamífero se aplasta y se la juega a los canes.

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