El corzo que se hizo viral esta semana por su colosal peluca ha sido sacrificado por agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, según ha podido saber Jara y Sedal.
7/6/2019 | Redacción JyS 

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Julían Burgos junto al espectacular corzo peluca. / J.B.L.

Julián Burgos López, un taxidermista de Zalduendo (Burgos), será quien naturalice el corzo que se hizo viral en los últimos días por su descomunal peluca y que ha tenido que ser sacrificado por agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, según ha contado a Jara y Sedal el propio taxidermista.
El animal había sido filmado e incluso se compartieron en las redes sociales imágenes poco después de ser abatido, pero por el momento se desconocía quién lo había conseguido y dónde. Ahora Julián nos ha sacado de dudas: «Se ha cazado en un espacio vedado, reservado de la Junta y muy cerquita de Burgos». Según él han tenido que sacrificarlo «por lo problemas que han tenido de siniestrabilidad con los vehículos y su situación tan cerca de una carretera». 
Burgos será el encargado de hacer el trofeo de cráneo y colocarlo en una vitrina, ya que «lo han donado al Instituto Cardenal López de Mendoza, donde lo podrá ver la gente», nos cuenta. En cuanto a su trofeo relata que ha hecho varios «de peluca», incluso una hembra, pero este dice que ha sido «el más grande» que jamás haya visto. 
El corzo cuenta con una peluca de 30 centímetros de longitud. / J.L.B.

La cuerna de estos machos permanece durante todo el año cubierta de ese terciopelo característico que les da nombre. Se trata de atípicos duendes muy valorados por los aficionados a su caza cuyo ciclo de la cuerna se ha visto afectado por algún desarreglo hormonal, bien por atrofia testicular o por alguna otra causa similar. «Acaban de marcharse los forestales y me han pedido que sacase los testículos. Los voy a meter en formol para su estudio porque son muy pequeños», añade el taxidermista. 

Una vida dedicada a la taxidermia

Julián Burgos y su hija Miriam trabajando en el taller de taxidermia de Zalduendo. / J.B.L.

Julián es uno de los pocos taxidermistas de Burgos y, además, es medidor oficial del SCI en su provincia. Comenzó por afición en esto de «disecar» animales, como se le decía allá por 1975 y con el paso del tiempo fue adquiriendo experiencia hasta que, el boca a boca de su buen trabajo, hizo que los encargos crecieran y se dedicase de manera profesional a la taxidermia.
Desde entonces dirige su propio taller en la localidad burgalesa de Zalduendo, hasta donde cazadores de toda España, le envían sus trofeos. Desde hace cinco años su hija Miriam trabaja con él y asegura que «es una especialista en hacer casquillos para las tablas de colmillos de jabalíes» y que probablemente siga adelante con la taxidermia cuando él se jubile. 
Da la casualidad de que Burgos es un gran aficionado a la caza del corzo y aunque suele practicarla en la provincia, también ha tenido la suerte de hacerlo en Bulgaria gracias a un trabajador que tuvo hace años. «Él era de allí y pude viajar y cazar también urogallo, lobo y rebeco», nos cuenta. 
El diámetro del trofeo abatido por la Junta es de 57 centímetros. / J.L.B.

Otros impactantes corzos peluca

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El corzo de Gonzalo Bravo con el precinto recién colocado. / Gonzalo Bravo

En los últimos meses, Jara y Sedal también ha publicado fotografías de impactantes corzos peluca con curiosas historias tras ellos, como el que abatió el abulense Carlos Blanco. El singular animal llevaba más de cuatro kilos de trofeo sobre su cabeza. Las fotos de su cuerna fueron espectaculares.
También destacó la historia del corzo que cazaron Raúl García padre e hijo, uno de los «peluca» más impactantesde la pasada temporada. 
Gonzalo Bravo también conseguía el «sueño» de su vida al cazar este impactante ejemplar de corzo peluca en Castilla y León. 

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