Muy a pesar de todas las publicaciones que los distintos colectivos anticaza difunden sobre el número de accidentes que conlleva la actividad cinegética con el único fin de causar la mayor alarma social posible, hay un hecho incontestable: con el aumento de las medidas de seguridad obligatorias, la siniestralidad durante las jornadas de caza está disminuyendo de forma progresiva. Prueba de ello son los últimos datos proporcionados por la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB) presentados en el Consejo Nacional de la Caza y la Fauna Silvestre el pasado 25 de julio.

Nivel históricamente bajo en la última temporada

Según el último balance de la OFB, han sido seis los accidentes mortales acontecidos durante la pasada temporada, lo que supone una disminución del 77% en los últimos 20 años. Si bien la tendencia en accidentes no mortales también ha sido decreciente en las últimas dos décadas, el año pasado experimentaron un leve repunte con 97 casos registrados. Asimismo, la proporción de personas no cazadoras afectadas también ha disminuido, contabilizándose 12 en la temporada 2023/24. lo que supone una reducción del 52% respecto a la anterior temporada

La caza mayor sigue siendo la actividad con mayor riesgo, concentrando el 55% de los accidentes y el incumplimiento de la regla de los 30 grados, la principal causa. Además, se ha registrado un leve incremento en los incidentes que involucran daños a propiedades, como son los disparos contra viviendas.

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Cazadores durante una batida en Francia. © Israel Hernández

Algunas medidas con las que se han alcanzado estos objetivos

Francia posee una estructura compleja y coordinada de organismos, leyes y protocolos que garantizan un alto nivel de seguridad en esta actividad. Podemos decir que se basa en varios pilares fundamentales. Hay una legislación legislación específica detallada que regula las armas, las municiones, las zonas de caza, los permisos necesarios y las conductas permitidas durante las jornadas cinegéticas. También adquieren mucha importancia las Organizaciones y Federaciones como la Office National de la Chasse et de la FauneSauvage (ONCFS). Esta oficina pública es el organismo gubernamental encargado de gestionar la caza y la fauna silvestre en Francia. Entre sus funciones se encuentra la promoción de la seguridad en la caza. Por otro lado, las Federaciones Departamentales y Regionales de Cazadores también desempeñan un papel crucial en la formación de los cazadores, la organización de batidas y la vigilancia del cumplimiento de las normas de seguridad.


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Precisamente, apetición de la Federación Nacional de Cazadores (FNC),  el Ministerio de Transición Ecológica publicó un decreto en el Boletín Oficial del 5 de octubre de 2020 en el que se establecieron tres acciones concretas de obligado cumplimiento en todos los Planes Departamentales de Gestión de la Caza (SDGC): la obligatoriedad del uso de chaleco fluorescente; la instalación de señalización temporal en las inmediaciones de la vía pública durante las acciones colectivas de caza mayor y una formación inicial y periódica en materia de seguridad que deberá actualizarse cada 10 años. Especial importancia adquiere esta última, establecida por la Ley de Caza de 2019, ya que obliga a los cazadores a conocer los protocolos sobre seguridad, renovarlos y mantenerse actualizados para aprobar un examen y renovar la licencia decenalmente.

La policía de la caza: un enfoque colaborativo

En colaboración con la Gendarmería Nacional, la OFB ha puesto en marcha un ambicioso plan para garantizar la seguridad en la actividad cinegética que podríamos definir como una ‘una red nacional de seguridad en la caza’. Esta red cuenta con un equipo de aproximadamente treinta expertos regionales en seguridad cinegética, especialmente capacitados en las normas de seguridad en la caza que actúan como colaboradores de los inspectores ambientales en sus respectivos cotos.

Por su parte, estos últimos, además de sus funciones habituales de vigilancia, tienen la tarea de sensibilizar y comunicarse tanto con cazadores como con personas ajenas al sector de la cinegética con el objetivo es prevenir accidentes y promover una práctica segura de la caza. La colaboración entre la OFB y la Gendarmería permite una mayor eficacia ya que al combinar sus conocimientos técnicos y recursos con la autoridad, se logra una vigilancia más eficaz y una mejor respuesta ante las infracciones. Además, la presencia conjunta de ambas instituciones refuerza la confianza de los ciudadanos y los cazadores en el sistema de control y contribuye a una mejor imagen de la caza.

Colaboración con otras entidades

Asimismo, La FederationNationale de Chasseurs (FNC) está trabajando en colaboración con otras organizaciones, como la Federación Francesa de Senderismo, para desarrollar materiales informativos y señalización que adviertan sobre la presencia de cazadores en determinadas zonas ayudando por un lado a prevenir accidentes en materia cinegética y por otro facilitando la coexistencia de la caza y otras actividades de ocio en el medio rural (v.g. senderismo, ciclismo).

En definitiva, la FNC teje una amplia red de colaboraciones con administraciones públicas, organizaciones de conservación de la naturaleza y organizaciones de seguridad nacional en aras de garantizar la seguridad en la caza, promoviendo una actividad responsable y en armonía con el medio ambiente. Creemos que estas colaboraciones son fundamentales para establecer normas de seguridad claras y rigurosas, vigilar el cumplimiento de la normativa, promover prácticas de caza responsables y sostenibles y gestionar los conflictos entre cazadores y otros usuarios del medio rural.

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