Si hay algo más emocionante para un cazador que la víspera de la apertura de veda la nueva temporada, es la misma mañana en que comienza. Es el día en que tenemos puestas todas las esperanzas acumuladas durante los meses en los que no hemos podido cazar, y se nos pasa de todo por la cabeza, entre otras cosas estas 20 ideas.
7/10/2016 | Redacción JyS
- Es inevitable recordar la primera vez que saliste a cazar con tu padre, abuelo, tío…
- Se te vienen a la cabeza los primeros lances y la primera pieza que abatiste.
- Recuerdas con entusiasmo algunos trofeos que, debido a su lance, se han guardado en tu memoria a fuego.
- Te acuerdas de anécdotas, bromas y buenos momentos vividos junto a amigos y familiares cazadores.
- Piensas en tus últimas vivencias en el campo, los amaneceres en soledad, una montería especial con amigos…
- Repasas la lista mental de los elementos que has metido en el morral, buscando acordarte de lo que se te haya podido olvidar.
- Piensas en la dirección que tomarás en el campo en busca de localizar el primer bando de patirrojas, o intentas recordar cómo son los puestos de la mancha que montearás y por dónde entraron las reses en cada puesto la pasada temporada.
- Te asalta el nerviosismo esperando que los meses de preparación y cuidado del monte hayan dado sus frutos y sea una buena temporada de caza.
- “Ojalá el tiempo acompañe”, otro pensamiento que todo cazador se hace antes del primer día de caza.
- No se te van de la cabeza las piezas erradas y recuerdas el último cochino que después de soltarle todas las balas del cargador, se fue a criar sin tocarle un pelo.
- Recuerdas la última muestra de tu perro y se te acelera el corazón tan solo de recordarlo.
- “No debería haber cenado tanto… no he pegado ojo”.
- “¿Cerré la casa? ¿Y el coche?”
- Ya estás en el coto, acabas de salir del coche y… ya piensas en comer. Pero miras la hora ¡y apenas son las 9:00!
- “Mis amigos dicen que estoy loco por levantarme a las 5 y ponerme a andar por medio del campo con frío, agua o viento. ¿Tendrán razón? Probablemente, pero lo seguiré haciendo toda la temporada”.
- Hoy va a ser el día en el que abata el (ciervo, jabalí… pon la pieza que desees) de mis sueños.
- Visualizas la pieza abatida y preparada para cocinar y degustar un manjar de los que sólo el campo nos abastece.
- Piensas que “el peor día de campo es infinitamente mejor que el mejor de los días en la oficina”.
- Otro pensamiento habitual: “El nuevo equipo que he comprado y el perro, que está en una forma excelente, me van a dar muchas alegrías”.
- ¡Sólo faltan 364 días para que llegue la siguiente temporada!