El sueño de todo cazador es que en alguna de las batidas o monterías a las que asiste le toque un puesto con un gran tiradero. Una pradera verde que los jabalíes estén obligados a cruzar por delante de sus narices, ofreciéndole una buena oportunidad de tiro sin ramas ni árboles que le molesten.
Sin embargo, cuando todos los jabalíes de la provincia deciden cortar por tu puesto a la vez es posible que los nervios te consuman y no seas capaz de controlarlos. Este es el caso del siguiente vídeo.
Una veintena de jabalíes por lo limpio
En las imágenes, publicadas en la cuenta brasileña de Instagram @aquitemjavali observamos a un cazador en su puesto armado con lo que parece ser una escopeta semiautomática. De pronto, por la parte izquierda de la pradera, asoma un jabalí, seguido de una gigantesca piara. Cochinos de todos los tamaños pasan por delante del cazador mientras él aprieta el gatillo hasta en siete ocasiones… Sin conseguir derribar a ninguno. Un ejemplo claro de sueño cumplido por parte del cazador pero que se va al traste por exceso de nerviosismo y falta de puntería.
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Otro afortunado cazador, está vez con acierto
A diferencia del amigo de la historia anterior, este cazador burgalés sí que cumplió su sueño, pudiendo abatir un cochino de esos que se ven muy pocas veces. EL protagonista fue Juan Manuel Pérez Bartolomé el lance lo vivió el pasado 26 de noviembre en un monte en la Sierra de la Demanda, cerca de Belorado, en Burgos.
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Un «ruido escandaloso», como él lo ha definido, alertó de que «algo estaba por aparecer». De repente asomó un enorme jabalí y «con pose de gran jabalí turco se detuvo al borde del monte. El más bello que recordaba».
Tan solo unos segundos después, erizó sus cerdas y se giró sobre sus pasos. Ante esto, el cazador, a una distancia aproximada de 200 metros, le disparó con una punta SST de 180 grains del calibre .300 WM.