Los cuerpos de los ejemplares muertos, junto con las cabezas de los que se abatan en temporada de caza –que ya está en marcha hasta finales de septiembre-, servirán a las autoridades sanitarias y medioambientales para investigar la incidencia de la encefalopatía espongiforme en el país.
30/8/2016 | Redacción JyS

Un rayo mata a 323 renos en Noruega
Situación desoladora con los renos esparcidos por el territorio / Havard Kjotvedt. AP

El Parque Hardangervidda, al sur de Noruega, da cobijo a una población salvaje de hasta 10.000 renos –de un total estipulado de 25.000 en todo el país–. En estas tierras encuentran buenos pastos y lugares adecuados para criar. Pero el pasado viernes, se convirtió en una inmensa morgue.
Durante el día se desató una tormenta eléctrica muy intensa, y un rayo impactó sobre una manada de renos dejando un resultado de 323 ejemplares muertos. Entre estos ejemplares se contabilizan 70 crías y cinco ejemplares que tuvieron que ser sacrificados por el servicio de guardería del Parque dada la gravedad de las heridas que presentaban.
De acuerdo con la publicación del New York Times, habría sido un empleado de la Agencia de Noruega de Medioambiente quien habría alertado del hallazgo. El agente se encontraba realizando un conteo de ejemplares para poder establecer unos cupos de caza, cuando se encontró con todos los cuerpos esparcidos por el terreno.
“Jamás hemos tenido constancia de un hecho similar”, aseguró al diario norteamericano Kjartan Knutsen, un agente de la misma Agencia. “Alguna vez hemos tenido algún caso de un ejemplar electrocutado por un rayo, e incluso algunos grupos de 10 o 20 ejemplares, pero nunca se nos ha presentado un suceso como este”.

La caza continuará para alcanzar el equilibrio necesario

Knutsen explica que los renos se suelen reunir en grupos durante las tormentas. “Pero esta estrategia les ha podido costar la vida en esta ocasión. Todos los cadáveres se encuentran juntos”, relata el agente noruego.
Según publica el mismo medio estadounidense, Olav Strand, un veterano investigador del Instituto Noruego de Recursos Naturales se dirigió a la zona el domingo para inspeccionarla y aseguró que parecía que los animales habían muerto “como si alguien los desconectara”.
“El rayo fue devastador, la cantidad de agua que cayó durante el día fue increíble, y todo el grupo fue encontrado en la misma zona, todos juntos”, relata Strand al diario neoyorkino. “Estaban en una colina, y se veía perfectamente que murieron en el sitio donde se encontraban pastando momentos antes de que cayera el rayo”. Por otro lado, Strand afirma que sería apropiado continuar con los planes de caza. “Esperamos que se abatan entre 2.000 y 3.000 ejemplares para alcanzar un equilibrio entre la fauna y los recursos de la zona”, asegura el investigador.

Una tormenta eléctrica mata a 323 renos que ayudarán a estudiar la encefalopatía espongiforme

Además, tanto Knutsen como Strand creen que, a pesar de la tragedia que supone primer-caso-de-encefalopatia-espongiforme-en-ciervos-europeoseste hecho, también ofrece una oportunidad para incrementar las muestras para un proyecto que se está desarrollando en el país, que trata de localizar en el mapa el alcance de la encefalopatía espongiforme –más conocida como enfermedad de las vacas locas–. El primer caso de esta enfermedad en cérvidos salvajes se descubrió precisamente al sur del país nórdico en marzo.

“Los resultados de los análisis que realicemos a los ejemplares muertos pueden darnos respuestas esenciales para entender la verdadera extensión de la encefalopatía espongiforme”, argumenta Strand al citado periódico. “Pero se debe actuar rápido, ya que normalmente en estos casos se deja que la naturaleza siga su curso”.

Las autoridades medioambientales y sanitarias ya habían pedido con anterioridad a los cazadores que remitieran las cabezas de los animales abatidos para poder investigar más acerca de la incidencia de esta enfermedad que ataca al cerebro de animales como ciervos, caribús, alces y renos.

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