Tess Thompson es una cazadora norteamericana abatió una jirafa durante un safari en Sudáfrica y después de un año con las fotos publicadas en sus redes ha empezado a recibir un aluvión de furibundos e infundados ataques.
3/7/2018 | Redacción JyS

Tess Thompson junto a la jirafa abatida. / The Sun

Tess Thompson es una cazadora americana, natural de Kentucky, que suele mostrar y relatar lo que acontece en sus cacerías a través de las redes sociales. El año pasado viajó a Sudáfrica para realizar un safari. Allí pudo cazar un macho de jirafa un tanto singular por lo raro de su pigmentación: se trataba de un macho negro. Como la propia Thompson explicó a la cadena americana Fox, el color se debe a que el pelaje de estos animales se oscurece conforme avanza su edad. Además, la mujer cazadora dio a conocer que esta subespecie de jirafa se está recuperando gracias a la caza de trofeos.
Como siempre, Thompson no ocultó su felicidad por el logro y subió sus imágenes a las redes sociales. Sin embargo, las imágenes se han hecho ahora famosas, un año después, cuando la joven cazadora ha empezado a ser blanco de ataques animalistas. Bajo el hashtag #TessThompsonTalley se pueden leer infinidad de mensajes de odio y acoso hacia esta cazadora norteamericana.
De esta manera, en Twitter se pueden leer palabras como «asesina», «mujer psicópata», «reverenda hija de remil putas», y así un sinfín de ‘lindezas’ dedicadas a quien ha practicado una actividad legal y que reporta beneficios que se revierten en materia de conservación. Pero no sólo han sido las redes sociales quienes han demonizado a Thompson, el digital infobae.com ha llegado a tachar a la mujer de «neandertal».
Por desgracia, no es el primer caso similar que se produce. Recordamos el caso del león Cecil, al que Walter Palmer dio caza de manera legal. En su momento, Palmer fue vapuleado mediáticamente en redes sociales y medios de comunicación de todo el mundo; sin embargo, posteriormente se demostró su inocencia en un juzgado y los efectos negativos que tuvo para la propia especia la prohibición de cazar leones que acompañó a la polémica en Zimbabwe.

Caza de trofeos y conservación

Dado que muchos países prohibieron la importación de trofeos de caza tras el escándalo de Cecil y la imagen negativa que se produjo alrededor de la caza de trofeos en aquel país, la actividad cinegética se redujo drásticamente. La población de leones se disparó, llegando a producirse una superpoblación.
Casos como el de Tess Thompson sirven para recordar que la caza de trofeos ayuda a la conservación de las especies, tal y como han recordado entidades como WWFParlamento Europeo o el mayor congreso sobre naturaleza del planeta, la Convención CITES, en la que trabajan juntos 183 países, incluido España. Incluso científicos reconocidos como David MacDonald, que se encargó durante años de estudiar a Cecil, han explicado que los beneficios económicos obtenidos a partir de la caza de trofeos se han destinado a conservación con grandes resultados. Entidades ecologistas como WWF también han hablado en más de una ocasión sobre estas repercusiones satisfactorias para la conservación. De lo que nadie habla es de las campañas de acoso y odio animalista que sufren los cazadores por el simple hecho de pensar y actuar de forma diferente al discurso establecido.