El pescador toledano Raúl Gómez, de 31 años, consiguió hacerse este domingo con un espectacular lucio de 10 kilos en el pantano de La Torre de Abraham, situado en la provincia de Ciudad Real. Gómez estaba practicando el carpfishing cuando el depredador intentó comerse a una pequeña carpa que había picado en su caña. Es, por tanto, una de las picadas más peculiares y extrañas que hemos narrado en Jara y Sedal en los últimos años.

El pescador, que estaba intentando capturar barbos, explica que sobre las 11:00 horas aproximadamente de este domingo notó que el puntero de su caña se dobló: «En ese momento, algo empezó a tirar con muchísima fuerza. Yo al principio noté mucho peso, por lo que pensé que sería un barbo grande, pero lo raro es que el hilo lo tenía a 300 metros, pero la pieza estaba a unos 70 metros de la orilla». Eso le extrañó al pescador: «En cuanto vi el lomo del lucio, exclamé para mi interior que no podía ser posible. Empecé a tirar y a tirar y me costó un rato traerlo hacia la orilla».

Se comió la carpa que acababa de picar en los boilies

Gómez liberando al lucio. © R. G.

Se trataba de un lucio que acababa de comerse la carpa que había picado a su anzuelo, armado con dos boilies Nutty Crunch White. «La carpa quedó completamente destrozada, de hecho salieron a flote dos trozos de ella”, explica Raúl. «Fue alucinante, yo no me creía lo que estaba viendo», describe sobre el impactante momento.

«Se formó un revuelo alrededor de donde estábamos nosotros importante. Mi compañero y yo nos quedamos en shock: íbamos a por grandes barbos y nos topamos con este monstruo de agua dulce picando a nuestras cañas de carpfishing», confiesa el pescador toledano.

¿Por qué el lucio no partió el bajo de línea?

Otra imagen del pescador con el lucio. © R. G.

Una de las preguntas que rondarán a cualquier pescador que lea este relato es la razón por la que el lucio no partió el bajo de línea, que estaba compuesto por hilo trenzado (normalmente, para la pesca del lucio a cualquier modalidad se usa un bajo de línea de acero para que sus dientes no rompan el sedal).

A esa pregunta, Raúl responde que «el anzuelo se le había enredado y le salía por la parte de atrás de la boca, cerca de las agallas». Por ello, los dientes que tenía atrás no le llegaron a tocar el trenzado. Respecto a la parte delantera de su boca, «apenas tenía dientes debido a lo viejo que era», explica Gómez.

El compañero se tiró al agua por el miedo a que terminase rompiendo el hilo

Por último, Raúl explica que el compañero se tiró al agua por el miedo a que el lucio terminase rompiendo el hilo con sus dientes: «Le di la sacadera y se sumergió unos metros hasta que logró llegar al lucio y meterlo en ella», describe Raúl. Tras ello, la alegría de haber sacado uno de los depredadores más grandes de este pantano ciudadrealeño sin buscarlo expresamente, pues sólo habían probado suerte para sacar un gran barbo.

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Este pescador ya logró un increíble barbo en el mismo pantano

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Raúl Gómez, con el enorme barbo. / R.G.

Hace dos años, Raúl consiguió hacerse en el mismo pantano de La Torre de Abraham con un barbo de 10 kilos 200 gramos tras una dura lucha de más de media hora hasta sacarlo a la orillaAsí nos la contó.