El pasado viernes, 1 de noviembre, un cazador se hizo con una perdiz con un extraño plumaje durante un ojeo en El Coronil, en la provincia de Sevilla. Se da la casualidad de que justo hace dos años que Jara y Sedal publicaba la noticia de otro ejemplar de similares características que se logró abatir justo en el mismo lugar.
El cazador Mario Cardo ha narrado a este medio todos los detalles de la jornada cinegética en la que se capturó este ejemplar cuyo plumaje «se parece muchísimo al de un faisán, es como si estuviese cruzado con uno», relata Cardo –natural de la localidad de Coria del Río-. El Coronil está situado en las cercanías de Utrera, a unos 40 kilómetros de la capital andaluza y Cardo explica que durante estos años también se han abatido algunos ejemplares con anomalías genéticas, como el pecho blanco. Además apunta que se trata de un coto en el que no se hacen suelta de perdices de granja, por lo que la totalidad de los ejemplares que se cazan son autóctonos.
«Es una zona en la que no se sueltan animales» confirma Cardo, de ahí la importancia de haber abatido este ejemplar. «Parece que tiene la pluma del faisán, es un pájaro bastante raro», añade. «Tiene parte azul, parte blanca… aunque en las fotografías no se aprecia bien porque el animal estaba mojado de meterlo al macuto y del rocío que había», comenta. Mario informa que naturalizará el ave para regalárselo al guarda del coto.
La explicación científica al caso
En el año 2017, Jara y Sedal contactó con el Doctor en veterinaria de Ciencia y Caza Carlos Díez, quien explicó que el ejemplar de similares características al actual abatido entonces «podría ser un híbrido», pero añadió que sería extraño pues el patrón de plumaje de esta perdiz no coincidía con ninguno conocido.
Finalmente la teoría que más casa con el ejemplar, según Díez, sería «algún problema en la muda» ya que explica que las plumas de las alas «tienen el aspecto de las de un juvenil, mientras que en el resto del cuerpo a pesar de que falta el barreado, tiene más aspecto de adulta». «Es como si por algún motivo se hubiera quedado a media muda», añade Díez, quien para terminar asegura que lo más probable es que este problema se asocie a una posible mutación genética.
Jesús Duarte, un experto biólogo, explicó también a este medio que existen al menos dos estudios sobre la pérdida de pigmentación de las perdices y su relación con la alimentación de estas.
Tanto el primero, elaborado en 2008 por expertos del IREC como el segundo de 2016, elaborado por expertos de distintos organismos, explican que tanto la falta de carotenos en la dieta de las perdices como algunos problemas metabólicos relacionados con la oxidación de los pigmentos se traducen en esa falta de tonalidad en los colores rojos de patas, anillo ocular y plumaje.
Así pues, Duarte afirma que evolutivamente estos pájaros «deben tener menos éxito reproductivo al ser menos atractivos» y explica que «probablemente también tengan otros defectos».
Otras perdices peculiares
Jara y Sedal también se hizo eco el año pasado de la captura de una perdiz azul. Los cazadores que dispararon sobre este animal no creían lo que veían sus ojos. El animal cayó alicortado aunque al final consiguieron capturarla viva. Tras ello, decidieron curarla y mantenerla con vida dado el curioso color de su plumaje.
Según argumentaron algunos cazadores en las redes sociales, este ejemplar podría ser descendiente de perdices criadas en granjas, donde en ciertos casos se han dado cruces con chúkar con el fin de aumentar el éxito reproductor. Otra de las hipótesis que barajaban los internautas fue que la pigmentación de esta perdiz estuviese condicionada por una alteración genética.