El siguiente vídeo consigue captar el instante preciso en el que la primavera nos regala uno de sus milagros: cuando una nidada de pollos de perdiz comienza a romper el cascarón.

Perdigones recién nacidos junto a su madre. /Shutterstock

No es fácil ser testigo de un momento así, en el que la naturaleza nos regala uno de los momentos tan mágicos como esperados: la rotura de los cascarones que han de dejar salir a los pollos de perdiz. Un proceso que tiene lugar después de que la perdiz los haya incubado durante unos 23 o 24 días.

Es un proceso que puede verse con facilidad en las perdices criadas en cautividad, por razones obvias, pero no muy difícil si hablamos de perdices salvajes en su hábitat natural.

Este vídeo, grabado por un hombre que trabaja en un viñedo, muestra ese preciso instante en el que los pollos de perdiz rompen el cascarón y asoman sus cabecitas a un nuevo mundo lleno de peligros. Todo un regalo para los sentidos.

Los pollos de perdiz corren junto a su madre nada más romper el cascarón

Resulta sorprendente ver cómo todos los pollos de perdiz rompen el cascarón casi al mismo tiempo tiempo. Mientras, la madre, incomodada por la presencia del extraño en su nido, observa muy de cerca, pero sin retirarse del nido.

Al salir, los pollos de perdiz se muestran un poco desorientados, pero rápidamente arrancan a correr con el apeonar característico de la especie, tratando de ponerse a salvo, lejos del humano intruso que ya intuyen como peligro.

En este caso, la presencia del hombre no provoca ningún daño a la nidada, puesto que los pollitos ya se han asomado al nuevo mundo y pueden escapar junto a su madre, que los intentará proteger de los mil peligros que les acechan.

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