El cazador vallisoletano Paco Urueña consiguió cazar en el Día de los Santos Inocentes un monstruoso jabalí de 218 kilos a las 2:30 de la madrugada y a 4 grados bajo cero. Necesitó 25 aguardos para ganarle la partida.

16/1/2020 | Redacción JyS

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Paco Urueña, con el jabalí. / JyS

El cazador vallisoletano Paco Urueña abatió el pasado 28 de diciembre un imponente jabalí de 218 kilos de peso en una apasionante pero gélida noche de espera. A las 2:30 horas de la madrugada de aquel peculiar día y con 4 grados bajo cero puso fin a las 25 noches de aguardo que necesitó para cazar este monstruoso y viejo ejemplar de jabalí de «ocho años».

«Llevaba tras él desde septiembre, cuando le vi por vez primera la pista y, dentro de lo que me permitía mi trabajo, hice unas diez esperas por mes más o menos», comienza explicando el cazador pucelano a Jara y Sedal. Fue en un coto en abierto en la citada provincia, algo que pone en valor Urueña, relatando que el verraco «se dejaba ver con facilidad, ya que son animales que como en esta zona no tienen mucha presión, se desencaman muy pronto y pueden verse incluso durante el día».

Ya lo había tenido varias veces delante, aunque «me la había jugado», explica Urueña. «Lo vi en un paso en septiembre, luego otra vez en unos almendros… pero fue posible», añade el cazador. A base de horas y días de espera, logró «tomarle el aire» y ese 28 de diciembre esperó hasta las 2:30 de la mañana aproximadamente. «La verdad que todo fue muy rápido», admite el cazador, que explica que vio llegar una jabalina antes del gran jabalí, «ya que están en plena época de celo».

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Más detalles del jabalí. / JyS

Tras la hembra daba la cara el «monstruo». Paco metió la cara en el visor, encendió la linterna y acertó en su objetivo, que se encontraba a unos 70 metros. «No hizo falta más», asegura Urueña. «Lo peor llegó después» –comenta en tono jocoso- «ya que tuvimos que ir con un tractor a por él», describe.

La carne, al cocinar al animal, «estaba lógicamente muy dura por la edad que tenía», nos cuenta. El taxidermista le ha asegurado que será medalla de plata: «En los cochinos viejos, el largo de los colmillos mengua, aunque tiene un grosor de 2,5 en cada una de ellas. Sin embargo, las amoladeras son tremendas», admite Urueña, que agradece la ayuda de su amigo ‘Al bros’.

Urueña consiguió cazar el monstruoso jabalí con un rifle Browning Long Track en calibre .338 Winchester Magnum con una bala de 200 grains Winchester Power Point. Este es el vídeo del momento en que encontró al animal tras dispararlo:

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