No solo no se esconden si no que amenazan a sus vecinos y pinchan las ruedas de sus vehículos. Los novesanos no denuncian por miedo, se sienten indefensos ante estos delincuentes.
20/02/2018 | Redacción JyS

Los cazadores furtivos aumentan en Novés / Fotografía: Dclm.es
Los furtivos aumentan en Novés / Foto: Dclm.es

No aguantan más, se sienten acorralados y ha sido el alcalde de Novés, José Hernandez, pueblo galguero de 2.700 habitantes quien ha denunciado la inseguridad a la que están expuestos.
El miedo se ha apoderado de sus vecinos. Las amenazas y extorsiones que sufren por parte de los furtivos se ha convertido en el pan de cada día.
A la denuncia se le ha sumado la protesta de la organización agraria ASAJA quien muestra su enfado ante los destrozos en los cultivos de la localidad toledana de Novés y de otros municipios de la zona, principalmente en parcelas de cereal.
Los coches todoterreno que utilizan los furtivos dejan daños irreparables al irrumpir en las tierras a gran velocidad. En algunos casos supone la pérdida casi total de la siembra.
Coincidiendo con el aumento de esta práctica ilegal, los vecinos de la localidad toledana sufren numerosos robos de galgos. Los cuales, posiblemente, se utilicen para la caza furtiva, un círculo vicioso que se alimenta sin problemas, ya que no existen denuncias.

Los furtivos no se esconden

Según cuenta Hernández, en algunos casos los ladrones de galgos han sido sorprendidos en una misma vivienda hasta cuatro veces, a altas horas y con amenazas. Los hemos encontrado -afirma- ya con los perros atados. ‘Unos casos se hacen públicos y otros no porque conocen al ladrón y reciben amenazas’. La Guardia Civil sabe quiénes son.
Los guardas de campo tampoco se atreven a denunciar: ‘Estamos en el campo todos los días, te amenazan y te llegan a pegar. Estamos indefensos y llevamos dos años insoportables’.
Esta situación, por todos sabida, es como si no sucediese ya que no hay denuncias y por lo tanto no pueden tomarse medidas. Aparte, los agentes de la Guardia Civil son insuficientes. Tan solo hay seis agentes para toda la zona y además, estos pequeños pueblos no disponen de Policía Local.

Los equipos Roca, su única esperanza

La única esperanza que albergan los alcaldes reside en que uno de los equipos Roca pudiera destinarse a esta zona. Estos equipos integrados por guardias civiles nacieron para frenar la oleada de robos en las zonas rurales de España que se han multiplicado desde que se inició la crisis.
Fernando Sanz, subdelegado del Gobierno en la provincia de Toledo, en declaraciones a la SER, insiste en que sin denuncias poco puede hacer la Guardia Civil. El miedo es tal que nadie se ha atrevido a poner ninguna desde septiembre de 2017.

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