Después de tres semanas tras su rastro, padre e hijo lograron abatir el curioso ejemplar en la localidad castellonense de Fanzara. Jara y Sedal se ha puesto en contacto con él y nos ha relatado cómo fue el lance.
8/3/2019 | Redacción JyS
Un joven de 20 años y su padre han logrado dar caza a una perdiz blanca en las cercanías de la localidad castellonense de Fanzara después de estar hasta tres semanas detrás de su rastro. Jara y Sedal se ha puesto en contacto con uno de los dos protagonistas que lograron abatir a este bello ejemplar el pasado 6 de diciembre de 2018.
Sebas, el joven cazador y estudiante de Biología que ha conseguido dar con ella, ha relatado que en el pueblo ya habían visto dos ejemplares así en los últimos años. «Los cazadores llevaban tras su rastro tres semanas. Ya habíamos cazado varias veces en esa zona a ver si conseguíamos hacernos con ella», afirma.
«¡Ahí va la blanca!»
«Donde iba ella iban otras cuatro o cinco perdices detrás», afirma el cazador. «Estábamos cazando por allí mi padre y yo, por una loma y las escuchamos cantar cuando a unos 40 metros salieron. ¡Allí estaba!», relata Sebas sobre el momento en el que el pasado 6 de diciembre volvieron a ver al curioso animal en su coto.
«Estuvimos de loma a loma siguiéndola toda la mañana hasta que se pararon en un bancal que teníamos a unos 500 metros. Le dije a mi padre que se quedara cerca del barranco y yo le di la vuelta hasta que la perdiz arrancó». Finalmente, aunque la perdiz le salió a unos 30 metros al joven, dejó que fuera su padre quien la disparara. «Le entró super bonita. Se escuchó solamente un tiro», afirma.
Sebas confiesa que, por el momento, la tienen congelada, pero tienen tienen intención de disecarla en breve. «Este es el
primer año que cazo la perdiz. Yo soy mucho de tordo, pero como el monte se ha echado a perder en los últimos tiempos en esta zona, esta temporada hemos ido a la perdiz», dice.
Aunque dice que «la temporada no ha ido bien del todo», no se les ha dado mal. «Mi padre siempre tiene suerte, aunque esto es una caza de equipo». En cuanto a la perdiz dice que en su coto «hay algunos bandos, pero según él, «la gente no va porque son animales duros, con los que hay que caminar y hacerse kilómetros para conseguirlos».
Otras perdices peculiares
Jara y Sedal se hizo eco el año pasado de la captura de una perdiz azul. Los cazadores que dispararon sobre este animal no creían lo que veían sus ojos. El animal cayó alicortado aunque al final consiguieron capturarla viva. Tras ello, decidieron curarla y mantenerla con vida dado el curioso color de su plumaje.
Según argumentaron algunos cazadores en las redes sociales, este ejemplar podría ser descendiente de perdices criadas en granjas, donde en ciertos casos se han dado cruces con chúkar con el fin de aumentar el éxito reproductor. Otra de las hipótesis que barajaban los internautas fue que la pigmentación de esta perdiz estuviese condicionada por una alteración genética.
