El pasado 28 de junio, el cazador guadalajareño Luis Paniagua lograba dar caza a un espectacular corzo peluca del que asegura que cuando lo vio en cuarentena «parecía que tenía dos cabezas». Ahora, ha enviado a Jara y Sedal las imágenes del espectacular animal que han naturalizado de pecho en Taxidermia Guadalajara.
Paniagua dio con el extraño macho en 2019 en un coto social de la provincia de Guadalajara. Este año, durante un paseo en el confinamiento, lo volvió a ver y pudo seguir su evolución.
Tras un rececho que no olvidará jamás, consiguió hacer con el ejemplar. Su relato le valió ganar el concurso de historias de caza organizado por Jara y Sedal y Excopesa. Ahora ha visto cómo desde Taxidermia Guadalajara le han devuelto el animal listo para conservarlo en su domicilio.
Así ha sido el curtido de la borra del corzo
Pedro Díaz-Naranjo, gerente de Taxidermia Guadalajara, ha explicado a Jara y Sedal un proceso de naturalización que no ha resultado ser nada fácil: «Todos los animales con borra hay que curtirlos. Yo meto la borra en un líquido de baño curtiente para que luego no se le caiga el pelo, pero esta peluca es especial, ya que tiene muchas ‘colgaduras’ en forma de berenjena. Es muy carnosa», asegura sobre un trabajo que ha definido como el más difícil de su carrera.
«Toda esta carne no vale solamente con meterla en el baño curtiente, sino que hay que ir inyectándole con una jeringuilla el líquido para que todo lo que hay dentro no se pudra», añade sobre el complicado proceso de naturalización del animal.
«Ha sido la pieza más curiosa de mi vida»
«Ha sido la pieza más curiosa de mi vida», confiesa Díaz-Naranjo, ya que trabajar un peluca como ese lo define como «exagerado». «Cariñosamente, lo he llamado Bob Marley por las rastas que le cuelgan», afirma en tono jocoso.
En curtir la peluca Díaz-Naranjo dice que ha tardado unos 30 días, «ya que hay que inyectarle diariamente líquido por el proceso anteriormente mencionado», añade por último.
Al cazador lo tomaban por «loco» cuando lo vio por primera vez
«Ya lo había localizado varias semanas atrás y una de las últimas tardes que salí lo vi junto a dos machos y dos hembras. Cuando le conté a un amigo que había visto un corzo de estas características no se lo creía», confiesa el cazador.
Durante los últimos fines de semana, precinto en mano, Luis Paniagua había intentado rececharlo: «Me recorría la finca entera para dar con él hasta que, cuando ese domingo ya me iba al coche, apareció», relata. «A pesar de que había poca luz, tenía claro que era él».
Un corzo que «hacía movimientos extraños» con su cabeza
El cazador ha contado a Jara y Sedal que el animal «hacía movimientos extraños» con su cabeza, probablemente debido a la gran cantidad de insectos como moscas que debería tener en ella. «No hacía más que moverla, y con la enorme densidad de peluca que tenía eso era todo un espectáculo», describe.
Luis se fue acercando ya casi sin luz todo lo que pudo al animal hasta que llegó a una distancia de unos 100 metros. Apuntó con su rifle Sauer del calibre 7 mm Remington Magnum con el que habitualmente caza y con un solo disparo hizo que el corzo cayese al instante: «Acerté a la primera, eso me dio tranquilidad porque con la poca luz que había iba a ser muy difícil pistearlo a esas horas», asegura el cazador.
Al ir a cobrarlo, llegó la emoción: «No me creía lo que estaba viendo. No era un corzo demasiado viejo, pero se ve que la peluca comenzó a salirle muy joven y por eso la tenía tan desarrollada. Era un espectáculo de animal», dice el cazador que lo arrastró unos cien metros hasta el coche y se lo llevó a casa para entregárselo al taxidermista. Sin duda, este corzo peluca será una pieza que no olvidará jamás.
¿Por qué se llaman corzos «peluca» a estos animales?
Son «pelucas» esos atípicos corzos cuyo ciclo de la cuerna se ha visto afectado por algún desarreglo hormonal, bien por atrofia testicular, o por cualquier otra causa y que son muy valorados por los aficionados a la caza del Capreolus. La cuerna de estos machos permanece durante todo el año cubierta de ese terciopelo característico que les da nombre, como así recuerda Ciencia y Caza.
Otros impactantes corzos peluca
En los últimos años, Jara y Sedal también ha publicado fotografías de impactantes corzos peluca con historias tras ellos, como el que abatió el abulense Carlos Blanco. El singular animal llevaba más de cuatro kilos de trofeo sobre su cabeza. Las fotos de su cuerna fueron espectaculares.
Por último, te dejamos las fotografías de 10 corzos extraordinarios que a cualquiera de nosotros nos hubiera gustado cazar.