El animal, que pesaba más de 120 kilos, poseía una anomalía muy peculiar en su trofeo. Según las primeras estimaciones, dará aproximadamente 115 puntos CIC.
2/6/2017 | Redacción JyS
A finales del mes pasado, un cazador español junto a José Javier Gómez, gerente de la empresa JJ Gómez Caza, partió en busca de los grandes cochinos húngaros. En el viaje tenían programadas varias esperas. Según relata a esta revista el propio José Javier, cuando llegaron hablaron con los guardas de la finca en la que se iban a desarrollar los aguardos y éste les comentó que podrían encontrar varios ejemplares de buen porte.
Sin embargo, en la primera noche de caza se encontraron una peculiar sorpresa. Ninguno de los ejemplares que entraron aquel día se correspondía con los avistados en semanas anteriores por los cuidadores del coto. No obstante, hubo un buen macho que les llamó la atención, no sólo por su excepcional tamaño, sino por su comportamiento.
Bien avanzada la noche este peculiar macho se coló entre los demás animales que comían delante de los cazadores, la mayoría hembras y crías, según cuenta Gómez. Aunque sí dejó ver lo que parecía una gran amoladera, nunca se dejaba ver por completo. Por este motivo, tanto el cazador como el orgánico decidieron no disparar, con el fin de no herir a ningún otro animal. Otro día lo intentarían.
Al día siguiente decidieron dirigirse al mismo lugar para esperar a ver si entraba el mismo macho. Esta vez se hizo de rogar. Entró más tarde, tal y como narra Gómez. Como ya era noche cerrada les costó en un primer momento distinguirlo. Pero pronto comenzó la misma rutina con el mismo comportamiento del día anterior.
Tanto Gómez como el cazador pensaron que no iban a poder tirarlo, dado que seguía tapándose. Pero no desistieron y aguantaron hasta que el animal les mostró el flanco, dándoles la oportunidad de abatirlo sin dañar a ningún otro ejemplar, algo que les preocupaba por el pequeño tamaño del resto. Sólo cuando lo tuvo seguro en la mira, el cazador apretó el gatillo y el animal cayó instantáneamente.
Pero ahí no terminó la noche. Cuando habían pasado unos minutos y se cercioraron de que no se movía, Gómez y el cazador se dirigieron hacia el suido. Al llegar a este levantaron la cabeza y vieron que lo que parecía una espectacular amoladera no era tal, sino que el animal poseía ¡dos amoladeras en el mismo lado!
Finalmente, este espectacular jabalí de más de 120 kilos dará, según las primeras estimaciones, una puntuación por encima de los 115 puntos CIC. Todo un macareno.