El confinamiento al que nos somete el coronavirus nos ha impedido salir al campo con el inicio de la temporada corcera. Por eso, es un bueno momento para rememorar algunas de las mejores historias vividas por nuestros seguidores, como la de este extraño corzo abatido durante el celo el año pasado.
Es época de recuerdos, de nostalgias y de anhelos para aquellos amantes del corzo que este año se han perdido el inicio de temporada por culpa del coronavirus. Estos días de confinamiento están siendo duros para la sociedad, pero especialmente para los cazadores amantes de su caza, que están viendo cómo abril va pasando en las hojas del calendario y no pueden hacer aquello para lo que llevaban tantos meses esperando.
Por ello, desde Jara y Sedal estamos recuperando historias que nuestros seguidores nos narran de temporadas pasadas y que sirven para avivar la llama de esta peculiar forma de caza. Es el caso del cazador toledano Gonzalo Roca de Togores, de 22 años, que abatió en la pasada época de celo un extraño corzo con una rarísima cuerna en la provincia de Soria.
Un extraño corzo en una jornada sin madrugar
«En los últimos días de temporada de celo mucha gente dice que la mejor hora para usar el reclamo es a mediodía, que no hay que madrugar ni ir por la tarde-noche. Por eso, yo me levanté a las diez tranquilamente y sobre esa hora me fui al campo con un amigo», nos cuenta Gonzalo.
En primer lugar, llegaron al sitio en el que nuestro protagonista quería empezar a usar el reclamo para encelar a los animales: «Nos vinieron muchas hembras y sólo algún macho, por lo que decidimos cambiar de zona», relata a este medio.
«Después nos fuimos a otro barranco y, nada más empezar a reclamar, vimos a un corzo viniendo enceladísimo a por nosotros. Yo lo miré con los prismáticos y le vi algo raro en una de las cuernas, aunque no lo pude valorar bien en la distancia», explica el joven manchego.
El pequeño pero raro cérvido se les iba acercando cada vez más: «En un momento dado, se tapó en el monte, pero nos apareció segundos más tarde a nuestro lado y, en cuanto nos vio, se paró de frente. Era el momento perfecto para soltar la cuerda y disparar la flecha», recuerda Gonzalo. «La flecha fue justo al mismo pecho y sólo le dio tiempo a correr 50 metros al corzo antes de caer fulminado», exclama el joven.
Al llegar a cobrarlo, ambos jóvenes cazadores se llenaron de alegría: «No era viejo, pero era extrañísimo. Lo guardaremos para siempre en nuestro recuerdo», concluye Gonzalo.
El zorro con una espectacular cola negra que también abatió en 2019 Gonzalo
Gonzalo, el año pasado, no esperaba que, tras hacer la chilla durante una jornada cinegética en su finca situada en Ávila, cazaría con arco un extraño ejemplar de zorro con la cola negra. Así nos lo contó.