El siguiente vídeo muestra uno de esos momentos que a los cazadores nos gusta recordar una y otra vez. Y el autor precisamente podrá rememorarlo cuando desee porque lo ha grabado. Rafael López Pelayo, un cazador cántabro aficionado a la becada, es quien ha compartido con nosotros estas preciosas imágenes.

En ellas puedes ver cómo el tiempo se detiene cuando sus dos setter paran a una becada que permanecía escondida entre la maleza. Y lo más curioso es que este cazador no iba practicando la actividad cinegética, sino buscando los apreciados boletus que se crían en esta época otoñal.

«Ahora me dedico a disfrutar del campo de esta forma», explica López a este medio. Finalmente el ave arranca y echa el vuelo en un genial instante.

El setter, belleza y calidad en la muestra

El setter es un perro mediano, con una altura en cruz que varía entre los 55 y los 65 cm en hembras y 57-68 cm en los machos; con un peso que oscila entre los 25 a 30 kilos. El cráneo es ovalado, la cabeza y el hocico alargados y las orejas están cubiertas por un pelo fino y sedoso que al galopar le aportan una sensación de velocidad y belleza espectacular. La cola es de longitud media y también con flecos.

El porte de la cabeza del setter es de nariz alta, pero no en modo constante como en el pointer. La cabeza mantiene la movilidad mientras las orejas, vivas y ligeras, vibran entre la nuca y el cuello.

Su avance en la caza es silencioso y armonioso, tanto que a veces da la impresión, si la vegetación es algo alta, como si se desplazase sobre ruedas. Cuando detecta la emanación de la pieza, disminuye el paso gradualmente y se detiene rígido, en muestra.

Es una raza soberbia para la caza menor y especialmente utilizada en España para la de la becada, donde destaca especialmente.

El setter, belleza y calidad en la muestra

El setter es un perro mediano, con una altura en cruz que varía entre los 55 y los 65 cm en hembras y 57-68 cm en los machos; con un peso que oscila entre los 25 a 30 kilos. El cráneo es ovalado, la cabeza y el hocico alargados y las orejas están cubiertas por un pelo fino y sedoso que al galopar le aportan una sensación de velocidad y belleza espectacular. La cola es de longitud media y también con flecos. El porte de la cabeza del setter es de nariz alta, pero no en modo constante como en el pointer. La cabeza mantiene la movilidad mientras las orejas, vivas y ligeras, vibran entre la nuca y el cuello.

Su avance en la caza es silencioso y armonioso, tanto que a veces da la impresión, si la vegetación es algo alta, como si se desplazase sobre ruedas. Cuando detecta la emanación de la pieza, disminuye el paso gradualmente y se detiene rígido, en muestra. Es una raza soberbia para la caza menor y especialmente utilizada en España para la de la becada, donde destaca especialmente, como así muestra el anterior vídeo.