García ha narrado para Jara y Sedal cómo fue el momento en el que se hizo con un ciervo de extraña cuerna que no conseguía localizar después de haberlo visto dos años antes durante la berrea.
01/05/2019 | Redacción JyS

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El ciervo contaba con una cuerna extrañamente ramificada. / P.G

Cuando el cazador Pepe García salió de rececho a finales de la pasada temporada en la Sierra de Aracena, en Huelva, no se imaginaba que iba a abatir el ciervo con una extrañísima cuerna tras el que llevaba más de dos años, desde que lo localizó durante una berrea. Jara y Sedal se ha puesto en contacto con el cazador onubense, que ha narrado cómo vivió la experiencia de abatir este peculiar cérvido.
«La primera vez que lo vi me resultó muy curioso, pero no dio opciones a tirarlo porque se dejaba ver poco y era muy esquivo». Dos años más tarde, en una mañana de frío, decidió salir a realizar un rececho junto con un amigo «a ver qué se dejaba ver» y acabando el rececho, en un rincón del coto, se percataron de una pelota de ciervas y venados.
Habiendo venados mucho mejores que éste, decidieron acudir a por el protagonista de esta historia dada la peculiaridad del trofeo y lo esquivo que fue anteriormente. «Era un tiro lejano, de testero a testero, pero no había más opción», relata García para Jara y Sedal.
García ha narrado el momento exacto en el que se hizo con esta captura: consiguió alcanzarlo con el primero de dos disparos, pero el venado de extraña cuerna comenzó a correr monte abajo perdiéndolo de vista, así que decidieron usar su teckel para, finalmente, dar con él.
«Lo tiré con un .243 Winchester a unos 190 metros, de frente a frente. El disparo fue al codillo, pero un poco trasero», relata. Afortunadamente poco después encontrarían al curioso ciervo que tanto les costó recechar.

Una captura que recuerda a otros curiosos ciervos 

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Al final de la mañana es cuando salió este bello pero a la vez extraño ciervo. / J.M.R.B.

Sin duda, se trató de una de las capturas que el joven recordará toda su vida por la extraña formación de su cuerna. La historia de Pepe García recuerda, además, a las de otros ciervos que han sido noticia en Jara y Sedal durante la pasada temporada, como el caso del joven guadalajareño José Manuel Roa Benito, que abatió un ciervo… ¡con tres cuernas!
Ocurrió durante una montería en la localidad conquense de El Pozuelo y Jara y Sedal se puso entonces en contacto con el joven cazador, que narró la historia de cómo logró hacerse con este ejemplar tan singular, que además tenía 11 puntas.