El encuentro sucedió en pleno campo y fue grabado por el propio cazador, que compartió la escena en su perfil de Instagram. En las imágenes se observa cómo el hombre llama al zorro amistosamente, como si se tratase de un perro o un gato. El animal, aparentemente habituado al contacto humano, se acerca sin dudar, olisquea y termina marcando con un leve mordisco la mano que le tiende.

El vídeo acumula decenas de comentarios que van desde la sorpresa hasta las bromas sobre la actitud del zorro. La reacción del protagonista, espontánea y sin filtros, resume el momento: «Me cago en…», exclama tras recibir el mordisco, mientras el animal retrocede unos pasos para volver a mirarlo con curiosidad.

Una reacción inesperada

El perfil donde se publicó, @elpijas_hunter, acompañaba las imágenes con un mensaje en tono jocoso: «Parecía un perro este zorro y llegó hasta morderme». El comentario refleja el asombro de quien se encontró de frente con un animal salvaje que, lejos de huir, buscó el contacto directo.

La actitud del zorro apunta a un ejemplar que ya habría tenido interacción previa con personas, probablemente en busca de comida fácil. Ese comportamiento explica su docilidad inicial y también la confianza con la que se aproximó a la mano extendida.

Los comentarios en redes

Las reacciones no se hicieron esperar. «De ahí viene la rabia… si te muerde bien, rabia segura», advirtió un usuario. También hubo quien compartió experiencias similares: «En uno de nuestros campamentos de cacería tuvimos de compañía un zorro día y noche, durante tres días, bonita experiencia».

Otros, en cambio, se lo tomaron con humor. «Y qué esperabas, ¿que te diera un beso?», escribió un seguidor, mientras otro destacaba el parecido del zorro con un perro pequeño: «Sí, la verdad es que tiene un parecido a un chihuahua». Entre bromas y advertencias, lo cierto es que el vídeo refleja la delgada línea que separa la curiosidad de los animales silvestres y el riesgo sanitario que supone un contacto tan directo.

Aunque pueda resultar simpático, el zorro es un animal salvaje y no conviene alimentarlo ni interactuar con él. Su presencia confiada suele estar asociada a la costumbre de recibir comida de humanos, lo que altera su comportamiento natural y puede generar conflictos.

El mordisco en este caso fue leve y sin consecuencias, pero sirve como recordatorio de que con la fauna salvaje cualquier precaución es poca.

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