El quebrantahuesos, una de las aves más emblemáticas de Europa, encuentra sus mejores refugios reproductivos en zonas montañosas con fuerte presencia de ganadería extensiva. Así lo demuestra una nueva investigación científica que ha analizado durante una década los factores ambientales que determinan el éxito reproductivo de esta especie en el noreste peninsular.

Un modelo para entender el éxito reproductivo

La investigación, liderada por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) junto al Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), ha aplicado modelos de distribución de especies para predecir las zonas más favorables para el quebrantahuesos en España. Gracias al análisis de 141 territorios reproductivos durante el periodo 2012-2021, los científicos han identificado las claves ambientales que permiten a esta especie criar con mayor eficacia.

Este enfoque permite ir más allá de la simple presencia del ave. El modelo incorpora parámetros reproductivos y bióticos, como la disponibilidad de alimento, para identificar con precisión qué áreas no solo albergan quebrantahuesos, sino cuáles realmente propician su reproducción. Así, se abre una herramienta de gran valor para orientar las reintroducciones y proteger hábitats críticos.

El valor de las pendientes y del pastoreo extensivo

El estudio ha identificado cinco variables clave que determinan la favorabilidad del hábitat: la inclinación del terreno, la cercanía a caminos sin asfaltar, la densidad humana, la temperatura mínima durante la incubación y la carga ganadera ovina. Dos de ellas resultaron especialmente determinantes: el relieve escarpado y la presencia de ovejas.

Las zonas montañosas con fuertes pendientes ofrecen lugares seguros para establecer los nidos y evitar molestias humanas, primera causa de fracaso reproductivo. Además, el quebrantahuesos se alimenta principalmente de restos óseos de ungulados, siendo el ganado ovino extensivo el componente principal de su dieta. Por tanto, la presencia de pastores y ovejas en el territorio mejora la disponibilidad alimenticia y aumenta las posibilidades de cría.

A la izquierda se muestra el área de estudio del presente trabajo de investigación (zona amarilla), en la que los puntos rojos representan las localizaciones conocidas de nidos de quebrantahuesos. A la derecha se muestra la variación espacial de la favorabilidad ambiental del área de estudio para el quebrantahuesos. © IREC

Nuevas oportunidades para la especie

Los mapas de favorabilidad generados muestran que solo un 7% del área estudiada es altamente favorable, aunque esta incluye territorios actualmente desocupados que podrían albergar futuras poblaciones. Esto permite a los conservacionistas planificar acciones concretas, como reforzar núcleos existentes o establecer nuevas colonias.

Además, el análisis reveló que la productividad reproductiva se correlaciona positivamente con la calidad del hábitat. Sin embargo, esta asociación desaparece cuando se excluyen los nidos fallidos, lo que sugiere que individuos que no se reproducen tienden a asentarse en hábitats de baja calidad, lo que condiciona el éxito global de la población.

Ganadería y conservación: una alianza estratégica

El trabajo apunta con claridad hacia una conclusión relevante: la ganadería extensiva no solo no es un problema, sino una aliada esencial en la conservación del quebrantahuesos. La pérdida de estas prácticas tradicionales podría tener consecuencias graves sobre la disponibilidad alimentaria del ave y su reproducción.

Además, este tipo de modelos puede tener otras aplicaciones, como identificar zonas sensibles a excluir de infraestructuras humanas que supongan una amenaza para especies en peligro, como los parques eólicos. En definitiva, el estudio ofrece una herramienta potente y replicable para mejorar las políticas de conservación de especies amenazadas y guiar acciones futuras de forma más eficaz.

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