El estudio, recientemente publicado, ha analizado muestras biológicas de humanos, perros y lagomorfos, así como la presencia de flebótomos, los insectos transmisores de la enfermedad. Los resultados han sido contundentes: mientras que el 6,2% de los humanos analizados mostraron indicios de infección, la cifra asciende a un alarmante 73,2% en perros y llega al 100% en lagomorfos. Esta situación plantea serias cuestiones sobre el papel de la fauna silvestre en la persistencia y expansión de la leishmaniosis.
Un estudio pionero
La investigación ha sido llevada a cabo por un equipo multidisciplinar perteneciente a instituciones como la Universidad de Córdoba, el Instituto de Salud Carlos III, el Hospital Universitario Reina Sofía y el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), entre otros. Su objetivo ha sido evaluar la epidemiología de la enfermedad en un foco mediterráneo donde la leishmaniosis humana es altamente prevalente.
Para ello, los científicos analizaron muestras de 145 personas, 41 perros y 41 lagomorfos. También capturaron 1.347 flebótomos para evaluar su ingesta sanguínea y la presencia del parásito. Los resultados han demostrado que el 65,7% de los flebótomos agrupados y el 25,8% de los individuales estaban infectados con ADN de L. infantum.
El estudio ha permitido identificar una significativa agrupación de casos positivos cerca de una zona de caza con presencia de lagomorfos, lo que refuerza la hipótesis de que estos animales actúan como reservorios naturales del parásito, contribuyendo a su diseminación.
Conejos y liebres, claves en la transmisión de la enfermedad

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es el papel fundamental de los lagomorfos silvestres en la epidemiología de la leishmaniosis. Si bien tradicionalmente se ha asociado la transmisión del parásito a los perros, los investigadores han constatado que los conejos y liebres presentan una infección del 100%, lo que sugiere que su papel en el ciclo de la enfermedad ha sido subestimado.
En palabras de los expertos, su resultados «refuerzan el papel de los lagomorfos silvestres como reservorios clave de L. infantum, favoreciendo la aparición de leishmaniosis humana en la interfaz entre fauna silvestre, humanos y animales domésticos. Este estudio subraya la necesidad de integrar enfoques de Una Sola Salud en zonas endémicas de leishmaniosis para establecer medidas eficaces de prevención y control».
Un problema creciente
Los resultados de este estudio confirman lo que ya alertaban diversos expertos en enfermedades infecciosas: la leishmaniosis está en aumento y su distribución geográfica se está expandiendo. Factores como el cambio climático han favorecido la proliferación de flebótomos en nuevas zonas, incrementando el riesgo de transmisión.
Proponen que sea obligatorio vacunar a todos los perros contra la Leishmania
Esta preocupación ha llevado a que iniciativas privadas también tomen cartas en el asunto. Un ejemplo es la campaña ‘Let’s Stop Leishmaniosis, Let’s Defend‘ de LETI Pharma, cuyo objetivo es concienciar sobre la prevención de la leishmaniosis canina. Desde la compañía destacan que cada año en España se infectan aproximadamente 385.000 perros, muchos de los cuales pueden actuar como portadores asintomáticos de la enfermedad.
Los expertos enfatizan que la leishmaniosis no solo afecta a los perros, sino que también representa un riesgo para la salud humana. Por ello, insisten en la necesidad de adoptar un enfoque de ‘Una Sola Salud’ (‘One Health’), integrando medidas preventivas en los sectores de la salud humana, veterinaria y medioambiental.
Hacia un control más efectivo de la leishmaniosis
Ante esta preocupante situación, los investigadores subrayan la importancia de implementar estrategias integradas de prevención y control de la leishmaniosis. Entre las recomendaciones destacan el control de la población de flebótomos, el manejo de los reservorios silvestres y la protección de los perros mediante vacunación y repelentes.
El estudio también subraya la necesidad de realizar campañas de sensibilización dirigidas tanto a la población general como a los profesionales de la salud y del sector cinegético. Solo con un enfoque multidisciplinar se podrá reducir el impacto de la leishmaniosis y evitar que siga extendiéndose por nuevas zonas.
Los hallazgos de esta investigación refuerzan la importancia de la colaboración entre veterinarios, sanitarios y ecólogos para combatir una enfermedad que, lejos de desaparecer, continúa siendo una amenaza creciente en España y en toda Europa.