El jabalí es mucho más que un habitante indómito de nuestros montes. Este animal, presente en buena parte de Europa, Asia y África, no solo destaca por su resistencia y adaptabilidad, sino también por un rasgo físico que ha sido históricamente aprovechado por el ser humano: su pelo áspero y oscuro. Con funciones naturales evidentes, como la protección frente al frío o los parásitos, este recurso natural ha tenido a lo largo del tiempo una enorme variedad de usos prácticos y simbólicos.

Lejos de ser un simple elemento anatómico, las cerdas del jabalí han sido durante siglos una materia prima muy apreciada por diferentes culturas. Su resistencia, flexibilidad y capacidad de retención lo convirtieron en el material perfecto para cepillos, brochas, cuerdas o incluso grabaciones sonoras.

Del monte al tocador

Uno de los usos más extendidos del pelo de jabalí es la fabricación de cepillos para el cabello y brochas de maquillaje. Estos cepillos no solo distribuyen de forma natural el sebo, manteniendo el cabello hidratado y brillante, sino que además estimulan la circulación sanguínea. En el afeitado clásico, las brochas con cerdas de jabalí siguen siendo un artículo insustituible para muchos.

Un cepillo hecho con pelo de jabalí.

También en el mundo del arte, estas cerdas tienen su sitio. Pinceles de calidad para óleo, escobas artesanales o utensilios para limpiar polvo en espacios delicados se elaboran con pelo de jabalí por su capacidad para mantener forma y suavidad sin perder firmeza.

El primer sonido humano grabado

Una de las curiosidades más desconocidas es que el pelo de jabalí fue protagonista del primer experimento de grabación sonora. En 1860, el inventor francés Édouard-Léon Scott de Martinville utilizó una cerda afilada como aguja para registrar las vibraciones de su voz en un cilindro cubierto de hollín. Aunque no logró reproducir aquel sonido, fue el germen de lo que hoy es la grabación de audio. Más de un siglo después, investigadores estadounidenses digitalizaron aquella grabación primigenia.

Herramienta ecológica y símbolo ancestral

En el terreno de la artesanía tradicional, zapateros artesanos emplean estas cerdas como guía para coser suelas con hilo encerado, evitando colas industriales. Se trata de una práctica respetuosa con el medio ambiente, heredada de los oficios más antiguos.

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Además, el pelo de jabalí tiene usos culturales y simbólicos. En algunos pueblos indígenas se utiliza para crear amuletos y adornos, representando valores como la valentía y la protección. En ciertas regiones, incluso se elaboran platos o decoraciones con sus cerdas.

Cuerdas, color y coleccionismo

Por su elasticidad, también se ha usado para fabricar cuerdas de arco tradicionales. Y cuenta con una propiedad sorprendente: cambia de color según la temperatura. Este fenómeno se debe a la melanina que contiene el pelo, volviéndose más oscuro en climas fríos y aclarándose con el calor.

No es de extrañar que sea un recurso valorado por taxidermistas y coleccionistas, que lo emplean por su durabilidad y realismo para restaurar o crear piezas decorativas. Su facilidad para teñirse y moldearse le da un plus en el mundo de la artesanía.

Desde la higiene personal hasta la alta artesanía, pasando por la historia de la tecnología y los símbolos ancestrales, el pelo de jabalí sigue demostrando que la naturaleza es, muchas veces, más ingeniosa de lo que imaginamos.

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