La Unión Europea ha dado un paso al frente en materia de bienestar animal con la aprobación de su primer reglamento común para perros y gatos. El acuerdo, cerrado el 25 de noviembre de 2024 entre el Parlamento Europeo y el Consejo, fija por primera vez normas homogéneas sobre identificación, cría, comercialización y cuidado de las mascotas en todo el territorio comunitario.
La medida más conocida de este nuevo marco será la obligatoriedad del microchip para todos los perros y gatos. La norma entrará en vigor en 2028 y afectará tanto a animales destinados a la venta como a los que convivan con particulares, así como a los que se importen desde fuera de la Unión Europea.
El reglamento busca dar respuesta a un problema creciente en Europa: el aumento del comercio ilegal de mascotas y la falta de control sobre su origen, traslado y condiciones de cría. La Comisión Europea estima que el tráfico irregular de perros y gatos mueve millones de euros cada año y genera graves problemas de bienestar animal.
Antes de llegar a los plazos obligatorios, los Estados miembros deberán adaptar sus sistemas de registro y coordinación para garantizar que la norma se aplique de forma uniforme.
Identificación y trazabilidad en toda la UE
El nuevo reglamento establece que todos los perros y gatos deberán estar identificados individualmente mediante microchip y registrados en bases de datos nacionales que serán interoperables entre sí. Esto permitirá que la información de un animal pueda consultarse desde cualquier país de la UE, independientemente de dónde se haya identificado.

La obligación se extiende a criadores, tiendas, refugios y plataformas de venta online, así como a los animales importados desde terceros países, con independencia de que su destino sea comercial o particular. El objetivo es que ningún perro o gato pueda circular por la Unión sin un origen verificable.
El sistema de identificación facilitará el seguimiento del animal a lo largo de toda su vida, desde su nacimiento hasta un posible cambio de propietario. También permitirá actuar con mayor rapidez en casos de abandono, pérdida o robo, y reforzar los controles frente a prácticas irregulares.
Plazos de adaptación y situación en España
El reglamento europeo prevé plazos distintos según el tipo de propietario. Criadores, vendedores y centros de acogida dispondrán de cuatro años desde la entrada en vigor para adaptarse a la normativa. En el caso de los particulares, el calendario será más amplio: hasta diez años para los perros y quince para los gatos que no estén destinados a la venta.
En España, el impacto será menor que en otros países. La Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales ya obliga desde hace tiempo a identificar a los perros y gatos mediante microchip, por lo que una parte importante de los propietarios cumple ya con lo que exigirá Europa.
El microchip es un dispositivo permanente, del tamaño de un grano de arroz, que se implanta bajo la piel del animal y permite asociar un código único a los datos del propietario. Su uso está generalizado en clínicas veterinarias y es clave tanto para la identificación como para la movilidad de las mascotas dentro de la Unión.
Con esta norma, Bruselas pretende armonizar criterios, reforzar el control sobre la cría y venta de animales de compañía y elevar los estándares mínimos de bienestar en todos los Estados miembros.








