El uso de cámaras de fototrampeo se ha convertido en una herramienta habitual para conocer la presencia y los hábitos de la fauna en cualquier terreno. Bien instaladas y configuradas, permiten saber cuántos animales pasan, en qué horarios y por qué zonas. Sin embargo, para conseguir imágenes realmente útiles conviene seguir unas pautas básicas que eviten fallos comunes y mejoren la calidad del material obtenido.
A continuación, diez trucos explicados uno a uno.
1. Numera cada cámara y su tarjeta SD
Identificar cada cámara y su tarjeta SD con el mismo número evita confusiones cuando se gestionan varias unidades. Es un gesto sencillo, pero permite mantener el control del material y saber siempre a qué punto corresponde cada archivo. En cotos amplios o con cambios frecuentes de ubicación, esta organización resulta especialmente útil.
2. Anota las coordenadas GPS para no perderlas
Registrar las coordenadas precisas de cada instalación mediante el móvil ayuda a localizar las cámaras incluso después de meses, cuando la vegetación ha cambiado o el paisaje se ha transformado. El fototrampeo exige paciencia y constancia, y este simple paso evita perder dispositivos de gran valor.

3. Orienta e inclina la cámara correctamente
La orientación es determinante para evitar deslumbramientos del sol al amanecer o al atardecer. Colocarla hacia el norte o el sur suele funcionar mejor, aunque en invierno la trayectoria solar más baja permite una mayor flexibilidad. Al mismo tiempo, una ligera inclinación hacia el paso habitual de los animales mejora el campo de acción del sensor y aumenta las probabilidades de obtener imágenes completas.
4. Mantén despejado el campo del sensor y el flash
Cualquier rama o hierba movida por el viento puede activar la cámara sin motivo. Además, un obstáculo delante del flash deja las fotos subexpuestas. Antes de abandonar el punto, conviene asegurarse de que el dispositivo tiene un ángulo de visión despejado y uniforme.
5. Colócala en lugares discretos y en altura
El robo de cámaras sigue siendo un problema frecuente. Ocultarlas bien, camuflarlas y colocarlas por encima de la altura de los ojos dificulta que sean descubiertas. Los caminos transitados no son una buena opción: lo ideal es instalarlas en zonas secundarias o discretas, donde pasen los animales pero no las personas.

6. Instala cámaras también en puestos inactivos
Muchos cotos cuentan con puestos que no se usan de forma habitual. Colocar una cámara en estos puntos puede revelar fauna que pasaba desapercibida. A veces un simple cambio de ubicación permite descubrir un corzo o un jabalí que no aparecía en otras zonas.
7. Sé paciente y no revises demasiado a menudo
La impaciencia suele jugar en contra. Revisar las cámaras con demasiada frecuencia solo sirve para dejar olor humano y alterar el comportamiento de los animales. Espaciar las visitas permite obtener secuencias más naturales y reduce el riesgo de que la fauna cambie sus hábitos.
8. Aprovecha los días lluviosos para revisarlas
La lluvia elimina olores y señales de presencia humana. Revisar las cámaras en estas jornadas minimiza el impacto sobre los animales. Aun así, conviene prestar atención al viento para no llevar el olor hacia zonas sensibles como encames o pasos habituales.
9. Utiliza cámaras con luz negra para no espantar animales
Las cámaras con flash de luz negra no emiten destello visible ni ráfaga roja. Resultan muy útiles para fotografiar fauna nocturna sin alterarla. La diferencia en el comportamiento de especies sensibles, como el jabalí, suele ser notable.

10. Apuesta por modelos avanzados con envío de fotos
Los dispositivos de última generación permiten instalar una tarjeta SIM para enviar imágenes por correo o SMS en tiempo real. Esta función evita desplazamientos constantes y ofrece información inmediata cuando un animal activa el sensor, siempre que la cámara tenga cobertura móvil suficiente.








