Con el invierno bien asentado en buena parte de España, las madrugadas bajo cero vuelven a dejar una escena repetida en miles de aparcamientos: coches cubiertos de escarcha y conductores resignados a esperar a que el motor haga su trabajo. Sin embargo, existe una solución simple, barata y sorprendente que muchos cazadores conocen… aunque casi nunca aprovechan.

Lejos de sprays descongelantes o mezclas caseras, este método se apoya en un residuo habitual en cualquier jornada de caza mayor. Un objeto pequeño, ligero y que suele acabar en la basura, pero que puede sacarnos de un apuro en los días más fríos.

No es un invento nuevo ni una moda viral, sino uno de esos trucos prácticos que nacen del campo y del uso diario, y que ahora vuelve a circular entre aficionados por su utilidad real en situaciones cotidianas.

Un portabalas con más utilidad de la que parece

El protagonista de este truco es el blíster de plástico en el que vienen organizadas las balas dentro de las cajas de cartón. Normalmente consta de dos piezas, cada una con varias cavidades donde se alojan las balas, y casi siempre termina desechado tras utilizar la munición.

Un estuche de munición Norma.

Sin embargo, si se observa con atención, uno de sus laterales tiene un borde más fino y flexible que el resto. Esa diferencia de grosor permite utilizarlo como rascador improvisado para eliminar el hielo del parabrisas sin dañar el cristal.

Basta con deslizar ese borde sobre la superficie helada para ir retirando la capa de escarcha de forma eficaz. Es un gesto sencillo, pero especialmente útil tras una noche de frío intenso o después de una jornada de caza en la que el coche queda a la intemperie durante horas.

Además, su tamaño hace que pueda guardarse fácilmente en la guantera, listo para usarse cuando más falta hace.

Un recurso práctico también en el campo

Lo curioso es que este no es el único uso que se le ha dado a este material tan poco valorado. Los portabalas fabricados con fibra de madera reciclada pueden servir también como ayuda para iniciar fuego en condiciones adversas.

En entornos fríos o húmedos, donde encender una lumbre resulta complicado, estos plásticos prensados arden con facilidad y pueden actuar como iniciadores, algo especialmente útil durante jornadas invernales en el monte.

© Facebook

Pequeños trucos como este demuestran que, muchas veces, las soluciones más eficaces están en objetos cotidianos a los que nunca prestamos atención. Y en este caso, un simple blíster puede ahorrarnos tiempo, frío y más de un mal gesto a primera hora de la mañana.

Síguenos en discover

Sobre el autor