En muchos rincones del campo, la imaginación se ha convertido en la mejor aliada del agricultor. Lejos de la mecanización masiva y las grandes inversiones, quienes dependen del fruto de la tierra para sobrevivir se ven obligados a tirar de ingenio para sortear los desafíos que impone la naturaleza. Uno de los más persistentes es el jabalí, ese visitante nocturno que no entiende de propiedad privada ni respeta los límites del esfuerzo humano.

En los últimos años, la superpoblación de suidos ha puesto en jaque a pequeños y medianos productores. Viñedos, huertas, campos de cereal y frutales son solo algunas de las víctimas de sus incursiones. Las vallas no siempre son suficientes, los repelentes resultan caros y poco eficaces, y el control poblacional a través de la caza regulada se muestra insuficiente en algunos territorios.

Un altavoz que simula una batida

Ante esta situación, un agricultor ha sorprendido con una idea tan sencilla como brillante: instalar un altavoz en mitad del cultivo que reproduce sonidos de una cacería. En las imágenes compartidas a través de Instagram, se puede escuchar con claridad una secuencia realista: ladridos de perros, gritos de cazadores y disparos. Todo ello orientado a provocar el pánico en los jabalíes y hacerles pensar que han entrado en terreno peligroso.

El dispositivo, alimentado por un pequeño panel solar instalado en su parte superior, permite mantener la reproducción de manera autónoma durante la noche, que es cuando los animales suelen acercarse a las fincas. El resultado, según quienes han probado métodos similares, es una notable reducción de visitas por parte de los jabalíes.

El vídeo, publicado en la red social por la cuenta especializada en contenidos rurales, ha causado un auténtico furor. En apenas unos días ha superado el 1,2 millones de visualizaciones y ha recibido más de 27.000 ‘Me gusta’.

Una plaga difícil de frenar

La problemática de los jabalíes no es nueva, pero sí ha alcanzado proporciones alarmantes en algunas comarcas. Los cambios en el uso del suelo, la ausencia de depredadores naturales y la abundancia de alimento han propiciado un crecimiento descontrolado de sus poblaciones. Los daños agrícolas son solo una de las consecuencias: también han aumentado los accidentes de tráfico y los conflictos con vecinos en áreas periurbanas.

El campo, como tantas otras veces, responde con soluciones prácticas. Aunque algunas comunidades autónomas han probado medidas como cercados eléctricos o campañas intensivas de control cinegético, el ingenio individual sigue siendo el motor más ágil. Y en este caso, un simple altavoz, un archivo de audio y un panel solar han logrado lo que muchos costosos sistemas no han conseguido: disuadir al jabalí.

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