Cuando todos los focos del espectro político de nuestro país deberían estar puestos en la recuperación de la catástrofe provocada por la DANA, sobre todo en Valencia, el Ministerio para la Transición Ecológica de Teresa Ribera parece tener otras prioridades en su agenda.
En medio de toda esta tragedia, la ministra ha anunciado, en régimen de concesión directa, una partida de 2.737.000 euros que se repartirán entre distintas organizaciones ecologistas, acerca de las que ya ha concretado el nombre de cada una de ellas.
Tres millones de euros para organizaciones ecologistas
Tal cifra se va a repartir entre siete organizaciones: Amigos de la Tierra, con 250.000 euros; Ecologistas en Acción, con 700.000 euros; Sociedad Española de Ornitología, con 700.000 euros; WWF España, con 700.000 euros; Fademur, con 129.000 euros; Federación Española de Municipios y Provincias, con 172.000 euros; y esMontañas, con 86.000 euros.
La concesión de todas estas subvenciones han sido publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y van vinculadas a los Presupuestos Generales. Es digno de mencionar que muchas de estas asociaciones han evitado emitir cualquier tipo de crítica a la gestión de Ribera ante la DANA.
En el caso de las cuatro primeras, estas colaboran directamente con el Ejecutivo mediante el Consejo Asesor de Medio Ambiente, el cual es un órgano de consulta y participación en la elaboración y seguimiento de la política medioambiental del Gobierno.
Ese Real Decreto 1141/2024 refleja que estas organizaciones «participan en los órganos colegiados de ámbito estatal que informan sobre la creación de legislación básica ambiental, la transposición de directivas y convenios internacionales, colaboran en actividades derivadas de la representación internacional, y apoyan al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el desarrollo de las políticas ambientales».
Asimismo, indica que estas subvenciones buscan fomentar la elaboración de informes, estudios o investigaciones «con relevancia pública», la organización de actividades de formación, el impulso del voluntariado para, entre otros aspectos, «la protección y recuperación de la flora y fauna y la biodiversidad natural de los distintos hábitats», así como para llevar a cabo acciones de comunicación.
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En cuanto al resto de esas organizaciones, el texto justifica que con las subvenciones a ellas pretenden «impulsar el papel de la mujer en el medio rural». De igual modo, justifican estas subvenciones con las que «se pretende coadyuvar a la creación de una España menos vulnerable ante la coyuntura internacional, próspera y resiliente ante el cambio climático, que sea referente en la protección y conservación de la riqueza de sus bienes naturales, apostando por la descarbonización y las infraestructuras verdes, transitando desde las energías fósiles hacia un sistema energético limpio, con un modelo económico sostenible y economía circular para la agricultura y la pesca, la industria y los servicios».
Concluimos después de saber todo esto, que el departamento dirigido por Teresa Ribera ha considerado más adecuado destinar cerca de tres millones de euros de los Presupuestos Generales para siete organizaciones ecologistas que no han criticado sus actuaciones para luchar contra la DANA, en lugar de centrar todos sus esfuerzos en ayudar, en la medida de lo posible, a los afectados por esta catástrofe.
