El lanzamiento del nuevo telescopio AT/ST Balance de Swarovski Optik ha dado un paso decisivo en la óptica terrestre de alta gama. Un reciente vídeo compartido por el conocido cazador Ramón Fito, en colaboración con Esteller —empresa que comercializa Swarovski en España—, ha servido para mostrar con imágenes reales el alcance de esta innovación tecnológica.
En las imágenes, grabadas a mano alzada y sin ningún tipo de apoyo, se observa la diferencia entre utilizar o no el sistema de estabilización activa mientras se enfocan avestruces situadas a unos 500 metros. El contraste resulta inmediato: donde antes la vibración hacía casi imposible apreciar el detalle, ahora la imagen aparece firme, limpia y sorprendentemente nítida.
La escena no es una demostración de laboratorio ni un montaje publicitario. Es campo puro. Y eso es precisamente lo que da valor al mensaje.
Antes de entrar en detalles técnicos, conviene subrayar el contexto. Swarovski Optik, firma austriaca con décadas de prestigio en el ámbito de la óptica premium, llevaba tiempo trabajando en una solución que permitiese prescindir del trípode sin renunciar a la precisión. El AT/ST Balance es la respuesta a esa demanda creciente de movilidad, rapidez y observación eficaz en situaciones reales.

Una demostración que habla por sí sola
Ramón Fito no se anda con rodeos al explicar lo que ha probado. «Swarovski ST Balance, una imagen vale más que 1000 palabras, es increíble ver cómo funciona el primer telescopio terrestre con estabilización de imagen activa. Un sistema que marcará un antes y un después para la observación», afirma en el texto que acompaña al vídeo.
La prueba se realiza en condiciones especialmente exigentes. Sin trípode, con 35 aumentos y a una distancia considerable, cualquier mínimo temblor se traduce normalmente en una pérdida clara de nitidez. «Te das cuenta que la vibración es la enemiga de la nitidez. El sistema ‘Shake-Free’ del Balance elimina esa vibración por completo», añade.
La comparación directa, con y sin estabilizador, deja poco margen a la interpretación. La diferencia no es sutil ni discutible. Es evidente.
Tecnología pensada para el uso real
El corazón del AT/ST Balance es su sistema de estabilización activa, denominado SWAROBALANCE. Según explica Swarovski, el dispositivo utiliza un giróscopo y un motor de bobina móvil (VCM) que analizan la vibración más de mil veces por segundo. Ese cálculo constante permite mover la óptica interna de forma precisa y rápida, compensando el temblor de la mano en tiempo real.
El propio Ramón Fito lo resume con claridad: «El sistema utiliza un giróscopo y un motor de bobina móvil (VCM) para medir la vibración del aparato más de mil veces por segundo, moviendo la óptica interna de forma precisa y rápida para compensar y anular completamente el temblor».
La alimentación corre a cargo de una batería recargable RB-S mediante USB-C, con una autonomía de hasta 12 horas de uso continuo, un detalle que refuerza su enfoque práctico para largas jornadas de campo.
Un punto de inflexión en la óptica terrestre
Más allá de la estabilización, el AT/ST Balance mantiene los estándares ópticos habituales de Swarovski: alta resolución, colores naturales y nitidez uniforme en todo el campo de visión. Está disponible en versiones acodada (AT) y recta (ST), y es compatible con el adaptador VPA 2 para capturar fotos y vídeos con smartphone.
Para Fito, el salto cualitativo es claro. «La calidad de la imagen que se consigue no se ‘mejora’, se multiplica. La diferencia es abismal. Si crees que sabes lo que es un buen telescopio terrestre, prepárate para redefinir el concepto».
El mensaje final resume bien la sensación que deja esta innovación en quienes ya la han probado: Swarovski ha cambiado las reglas del juego. Y esta vez, no parece una frase hecha.








