La temporada de caza menor en Gran Canaria arrancaba este domingo, 17 de agosto, con una gran expectación entre los aficionados. Sin embargo, el esperado estreno se ha visto truncado por la activación de la alerta máxima por riesgo de incendios forestales decretada por el Cabildo. Las condiciones meteorológicas extremas y la sequedad de la vegetación han obligado a posponer la actividad cinegética en la isla, al menos, hasta este jueves.

El consejero de Medio Ambiente del Cabildo, Raúl García, ha confirmado la suspensión después de que la corporación insular decidiera prorrogar la situación de emergencia ante el peligro inminente de incendios. La alerta afecta a todo el territorio situado por encima de los 400 metros de altitud, donde precisamente se concentra buena parte del terreno habilitado para la caza.

Condiciones extremas y estrés hídrico

Según han detallado las autoridades, la decisión responde al alto estrés hídrico que sufre la vegetación, tras meses sin lluvias y una semana de temperaturas que han oscilado entre los 25 y los 40 grados, tanto de día como de noche. A ello se suma una baja humedad ambiental, un cóctel perfecto para la propagación del fuego.

La Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias ha emitido una orden en la que se recogen los cambios en el calendario cinegético. Así, la nueva fecha de inicio para las modalidades de conejo con perro y hurón, así como caza con arco, será el jueves 21 de agosto. La caza con cetrería deberá esperar al sábado 23 de agosto.

Cambios en el calendario cinegético

En lo que respecta a otras especies, la orden autonómica establece que la paloma bravía y los animales asilvestrados no tendrán límite de piezas, aunque solo podrán ser abatidos con escopeta. En cambio, se fija un tope de tres conejos y tres perdices rojas por cazador al día, o nueve por cuadrilla.

La modalidad de caza con escopeta y perro para perdiz roja, paloma bravía y especies asilvestradas no podrá comenzar hasta el 28 de septiembre, tal como estipula la normativa en vigor.

Los cazadores tendrán que esperar

La suspensión ha supuesto la imposición de un paréntesis para los cazadores que esperaban con ilusión la primera jornada de campo. No obstante, desde el Cabildo insisten en que la prioridad es preservar la seguridad de las personas y del medio natural. Tal como subrayó Raúl García: «En estas condiciones, cualquier chispa puede desencadenar una tragedia. No podemos permitirnos correr ese riesgo».

La medida, aunque temporal, recuerda la importancia de adaptar la práctica cinegética a las condiciones climáticas cada vez más adversas, especialmente en territorios insulares como Gran Canaria, donde la vulnerabilidad frente al fuego es alta.

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