La posible llegada del siluro (Silurus glanis) al espacio natural de Doñana (Huelva) ha encendido las alarmas entre los expertos. La Asociación Rastrea advierte de que este pez invasor, ya presente en el Guadalquivir, podría desencadenar un colapso ecológico sin precedentes en uno de los humedales más valiosos de Europa y poner en jaque a especies de aves en peligro.

Según explicó el portavoz de Rastrea, Juan Carlos Reins, la expansión del siluro en el Guadalquivir «no es un accidente, sino fruto de la negligencia de las administraciones». Este pez, considerado un superdepredador, se alimenta de especies autóctonas como el fartet, el samaruc o la anguila europea, todas ellas en peligro. Además, compite directamente con depredadores nativos y altera el equilibrio trófico de los ríos andaluces.

La asociación denuncia que la gestión hidráulica ha favorecido su avance. Los desagües del embalse de Iznájar, con capacidad de 432 metros cúbicos por segundo, carecen de filtros biológicos o sistemas de retención de fauna, lo que habría facilitado la dispersión de esta especie invasora aguas abajo.

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Un siluro engullendo a otro pez. ©Shutterstock

Una amenaza directa para las aves de Doñana

El impacto del siluro no se limita a los peces. Estudios en Francia y Alemania han documentado cómo este depredador es capaz de atacar no solo a polluelos, sino también a aves adultas que descansan sobre la superficie del agua. En Doñana, esto supondría un grave riesgo para especies como fochas, patos, garzas o la cerceta pardilla, considerada el pato más amenazado de España. También pondría en peligro a anfibios y reptiles como ranas, renacuajos y pequeños galápagos, transformando charcas estacionales en espacios estériles.

Riesgo internacional y exigencia de medidas

Rastrea advierte de que la llegada del siluro a Doñana tendría consecuencias más allá del terreno ecológico: «Supondría un escándalo internacional», señaló Reins, recordando que el humedal ya se encuentra bajo la lupa de la Unesco y de la Comisión Europea por su estado crítico. La aparición de una especie tan mediática añadiría presión sobre la gestión ambiental en España.

Por ello, la asociación reclama la depuración inmediata de responsabilidades en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Junta de Andalucía, así como un plan específico para la detección, contención y erradicación selectiva del siluro. «Una vez que se establezca, su eliminación será prácticamente imposible. La prevención es la única estrategia efectiva», concluyó el portavoz.

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