En el vasto mundo de los hongos, pocos son tan peligrosos como el Amanita phalloides, una seta que, a simple vista, puede parecer un inofensivo champiñón. Sin embargo, su ingesta puede ser fatal, convirtiéndolo en el único hongo en el territorio nacional cuya toxicidad puede causar la muerte.

El Amanita phalloides, también conocido como el hongo de la muerte, oronja verdeé, canaleja,​ oronja mortal o cicuta verde, crece principalmente desde diciembre hasta mayo, coincidiendo con la temporada de lluvias. Este hongo se encuentra generalmente en las sierras, donde establece una relación simbiótica con las raíces de ciertos árboles como pinos, cedros, álamos y robles. Esta relación, conocida como ectomicorriza, permite al hongo obtener carbohidratos de la planta, mientras que esta última recibe nutrientes esenciales del hongo.

Mucho cuidado con las confusiones

El principal peligro del hongo de la muerte radica en su similitud con especies comestibles del género Agaricus, al que pertenecen los champiñones, y Lepiota. Su color blanco crema con tonalidades amarillentas verdosas, su anillo y la volva en la base del pie pueden llevar a una confusión fatal para aquellos sin experiencia en la identificación de hongos.

Champiñón del genero Agaricus. © Shutterstock

Este hongo contiene varias toxinas, siendo la amatoxina la más peligrosa. Estas toxinas son péptidos cíclicos que interfieren con la producción de proteínas en las células, afectando gravemente el sistema digestivo y el hígado. Los síntomas iniciales de intoxicación incluyen náuseas y diarrea, que pueden aparecer entre cuatro y doce horas después de la ingesta. En casos graves, el daño hepático puede ser irreversible, llevando a la muerte si no se recibe tratamiento médico inmediato.

Precauciones y recomendaciones

Milton Drott, fitopatólogo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, advierte sobre la expansión global del Amanita phalloides, responsable del 90% de las intoxicaciones anuales por setas. Drott destaca que las toxinas de este hongo no se descomponen con el calor, lo que significa que cocinarlo no reduce su peligrosidad.

Los expertos recomiendan extremar las precauciones al recolectar setas y evitar la búsqueda si no se tiene un conocimiento profundo de las especies. Por su parte, la Sociedad Micológica Segoviana señala que «el 10% de las personas intoxicadas por Amanita phalloides mueren». Y aseguran que podemos encontrarlo también en bosques de encina y roble y que «es la que provoca el mayor número de intoxicaciones por su aspecto de buen comestible y por su posible confusión con especies del género Agaricus (champiñones)».

¿Cómo diferenciar el hongo de la muerte con un champiñón?

Para distinguir el Amanita phalloides de un champiñón, es crucial observar las láminas: los champiñones tienen láminas rosadas, mientras que el hongo de la muerte presenta láminas blancas. Además, la presencia de la volva en la base del pie es un indicativo claro de que se trata de un hongo peligroso.

© Facebook / Museo de Historia Natural de Concepción

En conclusión, la recolección de setas debe realizarse con extrema cautela y preferiblemente bajo la guía de un experto. La belleza y aparente inocuidad del Amanita phalloides esconden un peligro mortal que solo puede evitarse con conocimiento y precaución.

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