Una nueva intervención del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil volvió a situar el foco en el uso ilegal de vehículos a motor en el medio natural. En esta ocasión, los protagonistas fueron varios motoristas que practicaban enduro por zonas de monte en la provincia de Granada, detectados desde el aire por un helicóptero de la Guardia Civil.

La actuación se conoció tras difundirse unas imágenes en las que se aprecia cómo la aeronave sigue a los motoristas mientras avanzan por senderos de montaña. Según la información facilitada, se trataba de siete personas, aunque en las grabaciones solo llegan a verse con claridad cuatro motos avanzando por la ladera.

La escena recuerda a otra intervención similar ocurrida tiempo atrás, cuando agentes del Seprona llegaron incluso a aterrizar en mitad del campo para identificar y sancionar a un grupo de excursionistas que circulaban fuera de las vías permitidas.

Una persecución en una zona de alto riesgo

El seguimiento aéreo fue realizado por un helicóptero de la Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil de Granada (UHEL), que logró arrinconar a los motoristas en un estrecho sendero de montaña. Se trata de un punto especialmente peligroso, con fuerte pendiente y riesgo evidente de caída por la ladera.

En las imágenes se aprecia cómo, ante la imposibilidad de continuar, alguno de los motoristas opta por detenerse. La maniobra del helicóptero, muy ajustada al terreno, permitió a los agentes coordinarse con patrullas del Seprona que actuaban desde tierra para proceder a la identificación y posterior denuncia.

Este tipo de dispositivos, aunque llamativos, no son habituales y suelen reservarse para situaciones en las que resulta complicado interceptar a los infractores únicamente por vía terrestre.

Circular por el campo está prohibido

La normativa es clara en este aspecto. Tanto la Ley de Montes, de ámbito estatal, como la Ley de Vías Pecuarias, prohíben de forma general la circulación de vehículos a motor fuera del asfalto. Estas leyes están por encima de las regulaciones autonómicas y municipales.

Las únicas excepciones contempladas hacen referencia a caminos privados, accesos a fincas o zonas de trabajo, así como a determinados caminos autorizados expresamente por ordenanzas municipales. Incluso en esos casos, la velocidad máxima permitida es de 20 kilómetros por hora y siempre quedan excluidos espacios especialmente sensibles, como los cauces de ríos, tengan o no agua.

Esto implica que, sin autorización expresa del municipio titular del camino, circular campo a través con una moto constituye una infracción.

Multas de hasta 30.000 euros

La intervención terminó con las motos inmovilizadas y con varias denuncias administrativas. En el escenario más leve, los motoristas se enfrentan a una multa de 200 euros por infracción grave. No obstante, si los agentes consideran que se ha producido un daño ambiental relevante, los hechos podrían calificarse como delito ecológico, con sanciones que oscilan entre los 3.000 y los 30.000 euros.

Todo ello tras un operativo en el que el helicóptero, cuyo coste por hora de vuelo puede rondar los 2.000 euros, trabajó de forma coordinada con las patrullas terrestres del Seprona para frenar una práctica que sigue generando problemas en el medio natural.

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