La nueva ley de Bienestar Animal de España ha tenido como consecuencia fuertes críticas y desacuerdos dentro de la sociedad. Uno de los aspectos que más ha dado que hablar es el que respecta a los «gatos comunitarios». El texto establece sanciones por matar a un gato asilvestrado que resumiremos a continuación.
A partir del 29 de septiembre de 2023, día en el que entrará en vigor esta ley, ya no estará autorizado el control de perros errantes y gatos asilvestrados. Esto afectará a numerosas regiones y la primera en hacerse eco fue a la andaluza, tal y como informó la propia federación de la región hace apenas un mes. En este sentido, quedará prohibida una «herramienta fundamental de gestión cinegética para garantizar el equilibro ecológico en los ecosistemas», argumentaron.
Es importante saber que los gatos asilvestrados son responsables de la extinción de 63 especies de animales. A pesar de ello, el Gobierno español no solo impide su control, sino que, además, quiere obligar a las administraciones públicas a mantenerlos con recursos públicos.
La ley animalista blinda al gato asilvestrado
En su artículo 41 hace referencia a las obligaciones de los ciudadanos en este aspecto. «Las personas, en su convivencia natural con las colonias felinas, deberán respetar la integridad, seguridad y calidad de vida de los gatos comunitarios que las integran, así como las instalaciones de comida, y refugio propias del programa de gestión de gatos comunitarios», expone.
Asimismo, el apartado e) del artículo 75 recoge el hecho de «dar muerte a gatos comunitarios fuera de los casos autorizados en esta ley» como parte de las consideradas infracciones muy graves. De este modo, nos fijamos en su artículo 76, en el cual se reflejan las cuantías de las sanciones dependiendo del tipo de infracción.
Podemos concluir, por lo tanto, que la sanción que deberemos pagar por matar a un gato asilvestrado va desde los 50.000 hasta los 200.000 euros. Teniendo en cuenta el daño que esta especie está haciendo a muchas otras en nuestro país, parece, una vez más, una medida descabellada y lejos de todo tipo de lógica.