El ligamento cruzado craneal es una estructura fundamental para la estabilidad de la rodilla de los perros. Cuando se rompe, lo que suele conocerse como “rotura del cruzado”, el animal empieza a cojear, siente dolor, pierde movilidad y, si no se trata, acaba desarrollando una artritis irreversible. Este problema afecta especialmente a razas como el Labrador Retriever o el Golden Retriever, muy presentes en el mundo cinegético y deportivo. Ahora, un nuevo estudio ha puesto el foco en dos medicamentos de uso habitual que podrían estar agravando el problema.
Investigadores estadounidenses han analizado la posible relación entre el uso de fluoroquinolonas —un tipo de antibióticos— y glucocorticoides —antiinflamatorios— con la aparición de esta lesión en retrievers. La conclusión es clara: ambos fármacos, cuando se administran de forma sistémica (es decir, por vía oral o inyectable), triplican el riesgo de que el perro acabe sufriendo una rotura de ligamento.
El estudio que da la voz de alarma
El trabajo se ha llevado a cabo mediante un análisis retrospectivo de más de 400 perros, la mitad de ellos con rotura del cruzado y la otra mitad sin lesión. Se revisaron sus historiales médicos entre 2019 y 2023, prestando especial atención a si habían sido tratados con alguno de estos fármacos en los seis meses anteriores o en cualquier momento de su vida.
Los resultados mostraron que los perros que habían sido tratados con fluoroquinolonas tenían tres veces más riesgo de desarrollar la enfermedad que los que no las habían recibido. En el caso de los glucocorticoides, el riesgo aumentaba aún más: hasta 3,5 veces. La aplicación tópica de estos medicamentos, en cambio, no mostró relación significativa.
Un riesgo mayor en razas activas
El trabajo también confirmó que el problema afecta sobre todo a perros jóvenes y de gran tamaño. Entre los afectados, más de la mitad eran Labrador Retriever, seguidos de Golden Retriever y cruces de ambas razas. Aunque también se detectó una mayor proporción de hembras, no hubo diferencias estadísticamente significativas relacionadas con la castración.

Según los autores, este es el primer estudio que examina de forma directa la exposición a estos fármacos como posible causa de la rotura del cruzado. La evidencia experimental ya apuntaba a que las fluoroquinolonas provocaban efectos negativos en tejidos como los tendones o ligamentos, y ahora los datos clínicos parecen confirmarlo.
Precaución y alternativas terapéuticas
La principal recomendación de los investigadores es clara: evitar estos medicamentos en perros retriever siempre que sea posible, especialmente si se trata de animales de caza, de trabajo o con un alto nivel de actividad física. En palabras del propio estudio: «Se deben considerar medicamentos alternativos, especialmente para retrievers de atletismo, de caza o de trabajo».
Además, en un contexto donde se pide cada vez más un uso racional de los antibióticos, el estudio advierte: «La fluoroquinolona no debe considerarse un antibiótico de primera línea». En definitiva, un mensaje de alerta que puede ayudar a prevenir lesiones dolorosas e incapacitantes en muchos de nuestros compañeros de caza y campo.








