Desde hace ya varios años, España está viviendo una situación bastante delicada en cuando a las poblaciones de lobos que afectan, sobre todo, a la ganadería. Lamentablemente desde que se prohibiera su caza y control en 2021 han ido apareciendo ejemplares muertos de esta especie cada cierto tiempo.

Durante los últimos meses ha vuelto a suceder. Un ejemplo de ello se vivió el pasado 6 de marzo con la aparición de un lobo muerto en la localidad de Balmonte, en Asturias. La Consejería de Medio Rural y Política Agraria ha confirmado recientemente que fue envenenado con estricnina, una sustancia venenosa y muy peligrosa con la fauna prohibida en España desde hace 30 años.

Lobo ibérico.
Lobo ibérico. © Shutterstock

El sistema de radiomarcaje por GPS permitió realizar un seguimiento al animal y, de este modo, conocer que sus desplazamientos abarcaron una extensión de unos 135 kilómetros cuadrados desde su captura hasta su muerte. Finalmente, el cadáver del animal fue hallado en una pista de acceso a praderías de la citada localidad.

La estricnina es un alcaloide tóxico extraído de la nuez vómica, presente en plantas del género Strychnos, originarias del Sudeste asiático. Históricamente hubo quienes se atrevieron a utilizarla como un potente veneno contra animales. En altas dosis, provoca convulsiones y puede ser letal, además de poder trasmitirse peligrosamente a los carroñeros. Su uso fue prohibido en España hace 30 años debido a su alta toxicidad y peligrosidad tanto para el ser humano como para animales.

Protesta en un puente de Asturias

En esta misma región se vivió algo aún más significativo y macabro. En diciembre del pasado año aparecieron la cabeza y la cola de un lobo ibérico colgadas con una cuerda del puente de la Senda en la localidad de Villanueva.


Un agricultor graba a un lobo siguiéndole muy de cerca en Lugo


Tal acto se entendió como un episodio de protesta contra la permanencia de la especie en el Listado de especies silvestres en régimen de protección (Lespre) y tuvo una gran repercusión en las redes sociales. Lo cierto es que, desde 2021, en nuestro país hemos podido conocer otras escenas de esta índole, sobre todo en zonas en las que sufren con más frecuencia los daños del lobo.

Las sanciones a las que podrían enfrentarse estas personas por dar muerte de manera intencionada a un lobo responderían a las de una infracción administrativa grave. La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, establece multas que pueden superar los 200.000 euros y que, incluso, pueden acabar en penas de prisión.