El operativo, culminado a lo largo de las últimas semanas tras años de discretas vigilancias en zonas de alta montaña, ha permitido documentar una actividad de furtivismo profesionalizado que llevaba actuando desde 2017. El grupo es responsable, según la investigación, del abatimiento ilegal de 21 sarrios y tres ciervos en distintos puntos de la Vall d’Aran.
Las pesquisas comenzaron hace años, cuando los agentes detectaron movimientos sospechosos en áreas remotas de la Val de Toran y de Salient. Los seguimientos fueron meticulosos: rastreos, observación a larga distancia y controles planificados. Todo apuntaba a una estructura establecida, con miembros locales que proporcionaban logística y orientación a otros furtivos procedentes de diferentes comunidades autónomas.
La investigación confirmó que la organización ofrecía visitas guiadas por enclaves donde los animales eran especialmente vulnerables. Aprovechaban la orografía y la falta de tránsito para moverse sin ser detectados, priorizando la captura de sarrio, uno de los trofeos más codiciados en el ámbito del furtivismo.

Un operativo que destapó el entramado
Los agentes esperaron el momento oportuno para intervenir. Hace dos semanas interceptaron a dos hombres en la Val de Toran justo después de abatir un ciervo macho y una hembra de sarrio. La escena dejó pocas dudas: los agentes observaron cómo los furtivos escondían la cabeza del sarrio para recuperarla más adelante, una maniobra habitual para sortear controles. Uno de ellos, vecino de la Vall d’Aran, fue denunciado por capturar un ciervo sin precinto; el otro, procedente de Valencia, por abatir la hembra de sarrio sin autorización.
Pese a este primer golpe, la actividad ilegal continuaba. Por ello se dispuso un nuevo seguimiento que acabó con otros cuatro denunciados: dos locales que actuaban como guías y dos forasteros de Ciudad Real. En el vehículo se localizaron dos cabezas de sarrio abatidas ilegalmente, una sin precinto y la otra con un precinto mal colocado, lo que facilitaba su reutilización. Además se incautaron armas, prismáticos, visores térmicos y otros elementos asociados al furtivismo.
Sanciones que pueden alcanzar los 120.000 euros
La normativa vigente considera el furtivismo una infracción muy grave. Las sanciones pueden oscilar entre 3.001 y 120.000 euros, además de la pérdida de licencia hasta cinco años. El Tribunal Supremo, además, recuerda que ni siquiera es necesario abatir un animal: basta con salir al monte con intención de abatir un animal ilegalmente para incurrir en delito.
El Conselh Generau d’Aran y los Agents Rurals mantienen abiertos varios frentes de investigación, convencidos de que la presión en zonas de alta montaña es clave para frenar estas prácticas.








