Los gatos domésticos asilvestrados son una de las especies más controvertidas en España por el peligro que representan para la biodiversidad. Este problema también está presente en Europa, donde lejos de tomar el mal ejemplo español que los ha blindado a través de la descabellada ley animalista, estan tomando medidas para intentar frenar la amenaza que suponen para otras especies silvestres.

Ya no solo son los cazadores quienes están expresando sus quejas y su preocupación acerca de los daños que los gatos domésticos causan en el medio natural, sino que las asociaciones ecologistas europeas cada vez alzan más la voz contra ellos.

Sin ir más lejos, la asociación Klimaschutz Schweiz, en Suiza, ha propuesto una moratoria para reducir drásticamente el número de gatos en el país. Con tal propósito, un proyecto de ley se someterá a referéndum entre los ciudadanos y deberá conseguir, como mínimo, 100.000 firmas durante un período de 18 meses.

Una década de prohibición de cría e importación

Su objetivo con esta iniciativa es prohibir la cría y la importación de gatos durante un periodo de 10 años. De este modo, perseguirán que las poblaciones felinas vuelvan a un nivel que no suponga ser un peligro para la fauna local.

En este mismo sentido, desde Europa ya han puesto en marcha otros intentos como, por ejemplo, obligar a poner un microchip a los gatos con una sanción económica en caso de que estos deambulen por la vía pública

Un gato en una foto de archivo. © Shutterstock

Entidades conservacionistas piden la modificación de la Directriz sobre la ley animalista que blinda a los gatos asilvestrados


Para dar más visibilidad a la gravedad de este asunto, Miguel Clavero, investigador en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) se basó en un estudio de científicos de la Universidad de la Laguna (ULL) sobre el impacto del gato doméstico en la fauna silvestre de Gran Canaria. Las cifras del mismo aseguraron que estos felinos acaban con cerca de 1,7 millones de animales en la isla cada año.

De este modo, utilizó esos datos para hacer una estimación de la misma cuestión a nivel nacional y así apuntó que los gatos matarían a 28 millones de animales al año en España. Por lo tanto, destacó que esta especie es «un problema ambiental» y que se presentan como «un volumen de depredación realmente gigantesco».