El presidente de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, Raúl Esteban, ha comparecido esta mañana en la Comisión de Agricultura, Pesca y Ganadería de Les Corts Valencianes, en el marco del trámite parlamentario de aprobación de la Ley de Bienestar Animal de la Comunitat. En su intervención, ha reclamado un proyecto de ley «proporcional y consecuente con la realidad del territorio y de la sociedad valenciana» ya que como ha puesto en evidencia la pandemia, «la actividad cinegética es una actividad esencial» en la región.
El presidente de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, que representa a alrededor de 40.000 cazadores, propietarios de más de 100.000 perros y otros animales como aves rapaces y hurones, ha incidido en que «la realidad social es que la caza y los cazadores son necesarios para afrontar un problema tan importante como es el aumento poblacional de las especies cinegéticas. Se trata de un problema que nos afecta a todos, cazadores y no cazadores».
Más del 50% de los municipios de la Comunitat están declarados como zonas de sobreabudancia de jabalí según la Conselleria competente en materia de caza, así consta en la Orden 22/2021, de 11 de noviembre, de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, por la que se regula el control del jabalí en la Comunidad Valenciana. En la última década las capturas anuales de jabalíes han crecido un 116%. Según las estadísticas cinegéticas oficiales de la Comunitat Valenciana, en la temporada 2019-2020, se han abatido 32.788 ejemplares de jabalí en la Comunidad Valenciana.
Tras advertir de la problemática que supone la sobrepoblación de fauna salvaje de animales de caza mayor como jabalí, corzo, muflón, ciervo, etc., pero también de especies de caza menor como el conejo de monte, Esteban ha alertado de que este aumento poblacional «está causando además incontables accidentes de tráfico (alrededor de 12.000 al año según fuentes oficiales). Pero también, cuantiosos daños a las infraestructuras, endogamia genética, peligro para la flora y fauna protegida, proliferación de especies invasoras, riesgos de epizootias y zoonosis», además de la peste porcina africana, extendiéndose por Europa, y que en España acabaría con el sector porcino.
Ha concluido pidiendo «que se tenga en cuenta a todos los colectivos afectados por esta norma, y en especial a los cazadores a fin de que de alguna manera se vea recompensada su actividad social, tan cuestionada por unos pero a la vez silenciosamente agradecida, puesto que la caza es la herramienta de gestión de especies más eficaz, y es además un motor económico de la valencia rural que tanto nos necesita».