La creciente inquietud por el movimiento incontrolado de vacas de raza ‘Betizu’ ha obligado al departamento foral de Medio Ambiente a tomar cartas en el asunto en la zona fronteriza entre Baztan y Urdax. Tras varios episodios preocupantes, entre ellos un accidente reciente, se abatieron cinco ejemplares por orden oficial.
Vacas sin identificar y un accidente como detonante
El problema se arrastra desde hace tiempo, pero en las últimas semanas ha cobrado una relevancia especial. Las autoridades forales reconocen la presencia de vacas ‘Betizu’ sin identificar en los prados cercanos a la muga, normalmente en suelo francés, pero que cruzan con frecuencia hacia territorio navarro. Se trata de una raza semisalvaje, de color rojizo, cuyo nombre proviene del euskera behi izua (vaca huidiza).
Fue en el pleno del Ayuntamiento de Baztan a finales de marzo cuando José Luis Retegi, concejal de Montes (EH Bildu), reconoció que «lo de las ‘Betizus’ está siendo un problema, sobre todo por los accidentes. Recientemente ha habido un accidente en Urdax». Esta declaración consta en el acta oficial y se refiere a un siniestro que podría haber sido causado por una embestida de uno de estos animales.
Abatidas cinco vacas tras la alerta ganadera
La preocupación no solo era vecinal. El edil Pello Sarratea (Baztango Independienteak) llevó la cuestión al pleno tras recoger rumores y temores entre ganaderos del valle y de Urdax. El Servicio de Ganadería de Medio Ambiente, consciente de la situación, decidió actuar. Según informa Diario de Navarra, se ordenó a una unidad especializada de la Policía Foral abatir cinco vacas asilvestradas. Todas las pruebas sanitarias realizadas resultaron negativas, pero eso no ha rebajado la vigilancia.
La alarma responde a que estos animales, al estar sin control ni identificación, podrían suponer un riesgo de contagio para el ganado del entorno. Medio Ambiente insiste en que los ejemplares no estaban sujetos a ningún plan de saneamiento, lo que motivó su decisión.
Coordinación con Francia y medidas futuras
Ante la reiterada presencia de ‘Betizus’, las autoridades forales han intensificado la cooperación transfronteriza. El Servicio de Ganadería ha mantenido contactos con el departamento francés de Pirineos Atlánticos y con el Conservatorio de Razas de Aquitania, desde donde también se vela por la conservación de esta raza singular. Allí se trasladó la necesidad urgente de establecer medidas de control.
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Además, se han producido encuentros con representantes municipales y ganaderos para recordar la normativa ante animales abandonados, así como la propuesta de crear un registro de incidentes relacionados con estas vacas. También se han abierto canales de diálogo con los responsables del proyecto Abena de la Euroregión, con quienes se está abordando la gestión y los conflictos de convivencia que genera esta raza en diversas zonas de pasto.
La preocupación de los ganaderos de Urdax, lejos de ser un caso aislado, se ha extendido también al valle de Baztan, donde el problema empieza a adquirir una dimensión regional. Medio Ambiente se mantiene en alerta y no descarta nuevas actuaciones si la situación se prolonga.